Revista Opinión
En un cordón de electricidad, suele tener dos cables, uno positivo y otro negativo. Si juntamos ambos, se funden los 'plomos' de la caja.
También sabemos que los cables de electricidad, algunos tienen otro más que se denomina de fuerza, o más comúnmente de tierra.
Pedro Sánchez, pongamos que es el polo positivo, y Pablo Iglesias el negativo.
Pues bien, podemos decir que el tercer polo, que hemos denominado de tierra es Albert Rivera, que de alguna forma ha propiciado que Alberto Garzón facilite una mesa de diálogo a cuatro: Partido Socialista Obrero Español, Podemos, Compromís, más Izquierda Unida-Unidad Popular.
El problema que se nos plantea es que Sánchez negocia solo la investidura e Iglesias quiere Gobierno de coalición.
Son dos cables que si se unen produce un chispazo y como digo antes, los 'plomos', se funden.
Hay que ser suficientemente dialogantes, pensando siempre lo que es mejor para los ciudadanos en general, y no ponernos los escudos partidistas de cada cual, pues así no nos vamos a entender nunca.
Entre tanto se produce un acuerdo en algunos puntos entre PSOE y Ciudadanos, que parece que dos fuerzas de signo distinto, han conseguido una especie de temas con olor a socialdemocracia.
Volvemos a recordar lo que dice el artículo 99 de nuestra Constitución, en cuyos apartados 4 y 5 dice:
Apartado 4. Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
Apartado 5.Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Así pues, nada impide al Rey que vuelva a proponer de nuevo a Pedro Sánchez. No se puede olvidar la gran avalancha de casos de corrupción que han arrollado al Partido Popular.
Por eso, parece que es acertado que Pedro Sánchez negocie solo la investidura.