Aclaración. Aquí pongo el ejemplo de Bogotá porque me choca la gran desigualdad que existe en una sola ciudad. Pero este ejemplo es extrapolable a lo que sucede en el mundo, entre los países del norte y del sur, y a lo que ya ha comenzado a pasar en España con esta crisis económica que beneficia a unos pocos.
Al pobre le han tocado dos lacras, una es que no tiene dinero para prosperar. Otra que siempre se le ha exigido que sea honrado. Sólo a él. Si un pobre es honrado puede decirlo orgulloso. Robar es feo.
Mientras, el rico, paga miserias a sus trabajadores para mantener su fortuna, pero eso no es robar. Es que es rico. Y a este nadie le reprocha sus fechorías. Al contrario, se le admira por su coche, su casa, y si es dueño de algún imperio de consumo se le compran sus productos para que se haga más rico, aún a sabiendas de que paga miserias a sus trabajadores. Y es que eso no es robar. Es cuidar su patrimonio.
Colombia es, según las estadísticas, el segundo país con mayor desigualdad de América Latina, después de Haití (el que es, a su vez, el país más pobre de la región). Y, por si fuera poco, hay estudios que afirman que esta desigualdad ha ido en crecimiento al menos durante los últimos cinco años.
Una gran queja de las clases altas de Bogotá es que hay que tener cuidado con el personal de servicio porque si le das mucha confianza, puede robarte.
Yo creo, que todo depende del punto de vista en que se mire.
Así que veamos. Para que te hagas una idea, las ciudades colombianas (como ocurre en otros lugares de América Latina), se dividen por estratos. Del 1 al 6. Mejor no te mudes nunca a un barrio del estrato 1: son barrios peligrosos, hay pobreza, falta de higiene y puedes observar a primera vista el gran abandono que existe por parte de las autoridades. Al mismo tiempo en el estrato 6 viven personas que ganan un salario tan alto como lo podrían ganar en Suiza. Y todo dentro de una misma ciudad.
Eso es lo que viene siendo la desigualdad social esa que dicen las estadísticas que es muy alta en Colombia.
Pues bien. Normalmente en el estrato 6 se contrata para el servicio a personas del estrato 1. En Bogotá, tener una sirvienta interna en una casa te puede costar unos 200 euros al mes. Aunque tú estés ingresando en casa 3.000. Pero pagar un sueldo tan bajo a una persona por sus servicios laborales, eso no es robar. Las quejas llegan más por parte de los ciudadanos de los altos estratos.
El otro día, una conocida contaba indignada que tuvieron que echar a la asistenta porque descubrieron que había robado 100.000 pesos (40 euros) a un miembro de su familia. Lo que más le indignaba a la chica que contaba la historia es que esa mujer llevaba 20 años trabajando para la familia y era muy triste saber que le había cogido dinero del cajón. No conseguí obtener información sobre cuánto ganó esa mujer durante los 20 años que dedicó su vida, como asistenta e interna, a esa familia. Supongo que no mucho, teniendo en cuenta el salario medio de esa clase baja de la población.
En ese caso, y en muchos otros casos que suceden aquí, en Bogotá, yo diría que los ricos son los que le han robado la vida a esas asistentas. A esos encargados de la seguridad de los edificios que trabajan 12 horas diarias. A los empleados de sus tiendas, que no cierran ni en domingo.
Porque os digo yo, que con 200 euros, en Bogotá, nunca podrán salir del estrato 1. Nunca van a conseguir prosperar.
El mayor problema de estas sociedades es la inseguridad. Con esta gran desigualdad social, es difícil atajar la delincuencia por parte de ciudadanos de los estratos más bajos.
Mapa obtenido en “http://contenido.metrocuadrado.com/” sobre la división de la riqueza en la ciudad de Bogotá. Norte rico. Sur pobre.