Revista Sociedad

Sólo Madre

Publicado el 05 julio 2010 por Eko
Llevo escrito en mis manos los largos años de trabajo que dio cuidaros, dibujado en mi rostro las largas noches en  vela esperando vuestro regreso, sin embargo me despreciaís porque veis en mi la vergüenza al sometimiento machista. Os aliementé con el maná sagrado que brotaba de mi cuerpo cuando no podiais valeros por vosotros mismos, y no descuidé mi atenta vigilancia en las noches que enfermasteis. Limpié lo que ensuciasteis, cosí lo que desgarrasteis, os vestí y alimenté mientras estuviesteis bajo mi protección, y ahora me mirais y sólo veis una mujer que no ha llegado a nada en la vida, aunque yo sienta que lo tengo todo cuando os tengo a mi alrededor, sanos y salvos.
Es cierto que no alcance altos puestos de empresa, pero estuve al mando de la mayor de todas, la familia. Quizás no me quede más remedio que lucir las arrugas que otras disimulan en el quirofano, por pensar en vosotros antes que en mi. Jamás me veran como una mujer agresiva que combate en un mundo de hombres, pero necesitarian arrebatarme violentamente la vida antes que permitir que alguien os hiciera daño. No disfruté de una vida de fiestas y largos viajes, ni esa libertad de las que colman las portadas, pero nunca me sentí tan libre y realizada como cuando aprendisteis a valeros por vosotros mismos. No recibí nunca un salario, ni me promocionaron para un puesto mejor, tal vez porque no exista riqueza mayor que vuestro cariño y gratitud, ni puesto más alto que la que ostenta la vida en sus entrañas.
Ahora sin embargo, nadie quiere este sacrificio en relevo, nadie quiere llorar con mis ojos, ni beber el miedo a perder lo engendrado. Solo piden libertad para ser esclavas de los horarios y los estereotipos, e igualdad para adquirir los mismos vicios que siempre han criticado. Yo no se si elegí o eligieron por mi, pero no me avergüenzo de lo que fui ni soy, asi que ¿porque se averguenza ahora de mí esta misma sociedad a la que le di la vida?.
No quieras convertirme en hombre para darme la igualdad, dejadme seguir siendo mujer y sólo madre si así lo deseo, sin tener que avergonzarme por ello. No me trates de sometida desde tu cárcel de prejuicios sólo porque cambiaron el color de tu celda. Al fin y al cabo, tú estas aquí porque alguien alguna vez pensó que podía ser algo más que sólo una mujer.
Fdo.: Sólo una madre

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista