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Solo para hombres: Examen para detectar cáncer de próstata, en vez de salvar vidas causa complicaciones

Por Camilo Camilo Acosta @camiloacos

prostataEs difícil aceptar que no todos los cánceres necesitan ser detectados. A los 61 años, la mitad de los hombres tienen cáncer de próstata.

Los que nunca se midan el antígeno prostático vivirán felices sin enterarse, y morirán de otra causa muchos años después. Solo una pequeña fracción de los cánceres de próstata causan síntomas y mucho menos la muerte.

La mayoría de los cánceres detectados con el antígeno prostático son de crecimiento lento, pocos causan daño. El problema es que, incluso con ayuda de la biopsia, no hay manera de saber cuáles son poco agresivos y pueden dejarse inadvertidos durante décadas.

La detección temprana salva vidas. Esta es una frase bonita, pero muchos médicos saben que no es cierta para el antígeno prostático. Aunque mantenerse vigilante es una opción para los hombres con cáncer de próstata, la gran mayoría prefiere un tratamiento agresivo.

Un antígeno prostático elevado trae una cascada de tratamientos que en la mayoría de los casos son innecesarios. Este examen en vez de salvar vidas, causa complicaciones. Hay cientos que reciben tratamiento con radiaciones y cirugía innecesariamente.

La cirugía y el tratamiento de radiación pueden causar impotencia, incontinencia o ambos. Por eso el propio médico que descubrió el antígeno prostático dijo que era un desastre usarlo para la detección del cáncer.

Imaginemos que estamos en una habitación de 100 hombres. Diecisiete serán diagnosticados con cáncer de próstata pero solo tres tienen tumores agresivos. Los otros catorce hubiesen vivido felices pero “gracias” al antígeno prostático ahora deben recibir tratamiento, porque nadie sabe cuales son.

Al rato toca la puerta un Doctor con las 17 pastillas, uno de los hombres con cáncer de próstata se salvará gracias al tratamiento. Seguramente todos le pedirán al médico su píldora, ¿no? Lamentablemente nadie les advirtió el resto de la historia antes de abrir la puerta.

Tras de la entrega de las pastillas, el hombre de la bata blanca le dispara a 10 hombres en la ingle, dejándolos impotentes o incontinentes.

Solo una pequeña fracción de los cáncer de próstata causan síntomas, mucho menos la muerte. 3 de cada 10 hombres de 40 años tiene cáncer de próstata, 4 de cada 10 hombres de 50, así sucesivamente hasta que 7 de cada 10 hombres de 80 años lo tiene. Sin embargo, sólo 3 de cada 100 mueren a causa de la enfermedad.

El Antígeno prostático elevado trae una cascada de tratamientos con complicaciones y en la mayoría de los casos innecesarios. Por cada 1 hombre ayudado por el antígeno prostático hay cientos que reciben el diagnóstico y tratamiento con radiaciones y cirugía innecesariamente. Este examen no salva vidas.

Dos grandes estudios, uno en Estados Unidos por El Grupo de Trabajo de Medicina Preventiva de Norteamérica y otro en Europa (además de otros estudios mas pequeños) han confirmado que los perjuicios del tratamiento en cientos de miles de hombres son muchísimo mayores que los beneficios en unos pocos casos de hombres curados del cáncer.

Es mas, ningún estudio ha demostrado que el hombre a quien se le descubre y trata un cáncer de la próstata vive mas tiempo que el hombre que no se hizo el chequeo. En otras palabras, el chequeo no alarga la vida.

Recordemos que el chequeo del cáncer de la próstata estaba recomendado para todos los hombres mayores de 50 años y consistía en dos exámenes: el examen digital rectal para palpar la próstata y el examen de la PSA (Antígeno Prostático Especifico) en la sangre.

Tanto era el entusiasmo de médicos y hospitales para hacer chequeos que muchos habían “bajado la edad” de los chequeos a los 40 años por lo que miles de hombres con resultados anormales en todo el mundo recibían innecesariamente la etiqueta de “pacientes”.

Una vez hechas las pruebas y encontrado el cáncer, el hombre era sometido a un tratamiento inmediato por que la creencia era que el cáncer era sinónimo de muerte y por tanto había que librarse de él lo más rápido posible.

Los estudios han documentado sin embargo que los tratamientos del cáncer de la próstata, sean cirugía o radioterapia, dejan terribles consecuencias.

Cinco de cada 1000 hombres por ejemplo mueren dentro del primer mes por complicaciones de la operación de la próstata. Además, un número alto de hombres (entre 30 y el 75%) quedan con disfunción eréctil, incontinencia urinaria o problemas con la evacuación del intestino, insomnio, complicaciones que casi siempre son permanentes.

Y todas esas complicaciones a cambio de no vivir más tiempo o vivir con menos calidad de vida. La razón de todo este problema es que el cáncer de la próstata es de dos grandes tipos: el primero (la gran mayoría) es un cáncer indolente, de crecimiento muy lento y que no causa complicaciones. Se dice que el hombre que sufre este tipo de cáncer se muere con el cáncer y no a causa de éste. En este caso, el hombre muere de viejo por alguna razón, pero no por el cáncer.

El segundo tipo de cáncer de próstata (la gran minoría) es mas agresivo, da siembras rápidamente y puede llevarse la vida del hombre muy rápidamente. El asunto es que en pleno siglo 21, la ciencia no ha encontrado la manera de diferenciar ambos tipos de cáncer de la próstata, y a los dos se les trata por igual.

Debido a esto, los perjuicios del tratamiento recaen entonces en la calidad de vida de los hombres que tienen el tipo de cáncer lento e indolente, hombres que hubieran vivido felices y contentos si no se les hubiera hecho la prueba.

Por supuesto que inmediatamente conocido el anuncio del Grupo de Trabajo en Estados Unidos, la Asociación de Urólogos de Norteamérica ha protestado con mucha vehemencia. Ha dicho que esas recomendaciones son inapropiadas e irresponsables y que los hombres deberían tener la opción de poder escoger si quieren hacerse el chequeo o no.

Muchos ven en esa protesta, la amenaza profesional en términos económicos de ya no poder atender y tratar a los 241,740 casos de cáncer de la próstata que se descubren cada año solo en Estados Unidos.

Si usted tiene 50 años o mas, no se haga el chequeo del cáncer de la próstata… y si usted tiene menos de 50 años y su doctor le quiere hacer el chequeo del cáncer de la próstata, sugiérale con todo respeto que vuelva a la facultad de medicina para recibir cursos de actualización.

Algo muy común en dichos “chequeos” es que diagnostican crecimiento de la próstata, algo que es normal a cierta edad, y mandan a hacer una “biopsia”, la cual consiste en hacer una serie de perforaciones de la glándula a través del ano, por lo que te perforan tanto la próstata como el intestino y orinas y el paciente defeca con sangre por varios días.

Cada perforación de más o menos unos 15 milímetros de largo por 2 de grueso es literalmente hecha con un “sacabocado”, y al juntar todas esas “muestras” (12 perforaciones cuando menos al rededor de la próstata) seria una herida de CASI UN CENTÍMETRO DE GRUESO, por lo que si el paciente no estaba enfermo, ahora si se pondrá enfermo y con el riesgo de lastimarte los nervios y dejarle impotente. A los analistas no les incomoda en lo mas mínimo, ¿será que no se lo están haciendo a ellos?. En conclusión es mejor morir en paz que morir atormentado.

Fuentes: Elperello, Niunadietamas


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