Revista Coaching

Solo Sokolov

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso
Solo Sokolov

Solo Sokolov es capaz de generar en Valencia esa inextinguible expectación que lleva a agotar, año tras año, las localidades de la sala que le asignen sin importar su tamaño ni la soledad en el escenario de su instrumento musical.

El piano es el único instrumento (junto a su primo, el órgano) que ofrece recitales en solitario, lo que tiene mucho mérito en estos días en los que cualquier manifestación artística se valora principalmente por su componente de espectacularidad. El carácter armónico, polifónico y la amplia extensión de su registro (siete octavas) le permiten reproducir cualquier tipo de obra (incluso la sinfónica) acercándose mucho al espíritu contenido en la partitura musical. Como solista, acompañante de cantantes, en trío, quinteto, formación de cámara u orquestal, las prestaciones de su elegante sonido percutido lo configuran como rey de los instrumentos y destinatario de muchas de las más célebres páginas de la composición universal. De dificultad extrema en su ejecución (no dejo de admirar eso de llevar en cada mano un compás), solo una vida exclusivamente dedicada a su estudio y al entrenamiento digital lleva a que pueda sonar con toda su naturalidad. Como siempre, nada se consigue por casualidad.

Algunos dicen que Grigory Sokolov es (a sus setenta años) el mejor pianista en activo de la actualidad, lo cual no puedo discutir pues a esos niveles de excelencia me resulta muy difícil valorar y comparar. De lo que no hay duda es que en su recital de ayer exhibió una precisión de ataque infalible, una memoria proverbial y un sonido tan potente que llegó a cualquier lugar, perdido su instrumento en el desabrigado escenario del Auditorio de Les Arts.

De hierática gestualidad, tanto al interpretar como al recibir los interminables aplausos del público, no parece que en su afán se encuentre ningún intento de epatar sino más bien la responsabilidad de traducir cada partitura al mejor sonido que pueda dar. Toda una lección de honestidad.

A petición incansable de un público entregado ya desde que adquirió su localidad, seis propinas fuera de programa lo dicen todo sobre el apoteósico éxito en Valencia de un pianista excepcional...

Solo Sokolov

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