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Esta es una receta que nace de la improvisación. La idea de hacer el solomillo de la manera que hoy lo presento estaba en la cabeza, pero la forma de comerlo, eso sí que no lo había pensado en esta ocasión. Para comenzar maceré durante una hora un solomillo de pavo para dos personas. Lo hice con el zumo de una naranja, una cucharada de soja, otra de mostaza antigua, sal y especias (tomillo, romero, pimienta...). En la parrilla puse un calabacín en rodajas, cebolla y seguidamente el pavo al que bañé con la mezcla del macerado a los tres minutos aproximadamente y después a los otros tres minutos restantes. Repetí la misma operación por el otro lado para que quedase caramelizado por fuera y jugoso por dentro.
Como tenía pensado acompañarlo de una ensalada y las hojas de lechuga iceberg estaban en su punto para crear unos wraps, decidí montarlo añadiendo la cebolla, después el solomillo en tiras y rematando con el calabacín. A su vez hice una vinagreta con miel, aceite y medio limón que rocié por encima y que después me sirvió también para mojar el wrap.
He aquí el resultado y la ensalada templada que igualmente preparé con lechuga, calabacín, tomates, frutos secos y la vinagreta.
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