Solos e invisibles

A las grandes productoras les importa poco crear falsas expectativas, siempre y cuando ya hayas comprado lo que les interesa. Bien es verdad que el boca a boca puede restarles futuros clientes, pero el bombazo inicial suele ser tal que les compensa el riesgo. Yo me las prometía muy felices cuando saqué el tiempo necesario para disfrutar de , esa serie de siete capítulos que estrenó hace semanas Amazon Prime. Pero, aunque se vendía como un experimento, esta combinación de buenas interpretaciones (un punto poco discutible) y ciencia ficción, recuerda demasiado a algunos capítulos de la serie británica Black Mirror. Siento decir que Solos ni engancha ni sorprende, eso sí, se disfruta de las interpretaciones de los actores, obligados a devorarse casi solos la media hora como máximo que dura su episodio correspondiente. Destacan, en mi opinión, las historias protagonizadas por Helen Mirren y Morgan Freeman, que se comen las cámaras, y al espectador si se deja. Ambos representan la importancia de la memoria, el peso de la invisibilidad y la ausencia. Los personajes se sienten solos y son conscientes de que hubo un tiempo en el que sus vidas pudieron cambiar para bien. Los dos son invisibles, la primera porque el paso de la edad le otorgó ese estado, el segundo porque perdió al que de verdad lo veía.

La serie no termina de despegar y, aunque cierto hilo ata las diferentes historias, las intenciones narrativas parecen huir de cada episodio, como si ellas también hubieran visto incumplidas sus expectativas y desearan estar en otro sitio. Si quieren disfrutar de series que combinen los avances tecnológicos, con la filosofía, los cambios sociales y la ética, yo les recomiendo que vean Years and years que, pese a que muchas la etiquetan como distopía y ciencia ficción, es terroríficamente actual.