Soltando prejuicios; liberando creencias: risto mejide

Vaya; y yo pensaba que facilitar actitudes era ser el puto amo, pero ayer descubrí que no tengo ni idea, aunque erróneamente creía que sí. Menos mal que estoy empezando a darme cuenta de la situación y nunca es tarde si la dicha es buena, o algo así. 

Ayer por la noche estuve en una reunión social con mi mujer y mis dos "hijos". Lo pasamos genial, pero antes de que cerraran, mi mujer y yo nos despedimos de la reunión para ir al encuentro de una gran superficie comercial que no cerraba hasta las doce de la noche. Desde la tarde sentí que era necesario ir al encuentro de un libro y si bien antes compraba libros a toda hora, ahora sólo compro de vez en cuando. Ese "de vez en cuando" puede implicar entre 20 y 30 libros anuales. Hace poco tiempo compraba de 20 a 30 libros por mes. La diferencia estriba en que ahora tengo un "paladar más selecto" y compro cuando siento que debo ir a comprar. Mi sentir siempre implica un momento de cambio esencial en mi vida, lo cual significa que me encuentro en una situación de crisis (peligro y oportunidad) interna, porque alguna creencia convertida en hábito se ha vuelto rutinaria y repetitiva, por lo tanto debe reformatearse (re-programarse) en mi cerebro. A base de pasar muchos momentos de confusión ante mis crisis en el pasado, dejándome llevar por las "voces de los demás" (no podrás; no lo conseguirás; no lo harás; no llegarás; vas a fracasar; acabarás en la calle pidiendo; tú sigue así y verás; es imposible; es inviable; etc...) ahora simplemente sé que cuando mis pensamientos, mis emociones, mis conductas y mis comportamientos me desoptimizan, ha llegado el momento de revisar, reciclar y hackear mi cerebro (sí, reconozco abiertamente que soy un neuroactivista) desinstalando las creencias malware (mentales). Y todas; absolutamente todas las creencias se transforman en malware mentales si las sostenemos el suficiente tiempo (si no me crees, prueba a liberarte de algunas creencias desinstalándolas de tu CPU cerebral mediante la ruptura de ciertas conductas que las habilitan y verás los resultados). Acostumbrado ya a funcionar así de forma consciente, anoche supe que debía ir a por uno o a por varios libros. Llegamos mi mujer y yo al lugar indicado, viajando un rato en nuestro coche, mientras escuchábamos música, bailábamos, cantábamos, reíamos, compartíamos ideas y observábamos la inmensa belleza de todo lo que nos rodea a cada instante. Como eran las 23:30 horas y cerraban a las 0:00 horas, me fui directo a la sección de librería y empecé a mirar libros, pues necesito horas y horas para encontrar el preciado tesoro literario del momento en el que me encuentro en ese momento de mi vida. 

                             Imagen perteneciente a www.amazon.es
No tardé mucho en encontrarlo y menos todavía dudé que ese era el libro cuando lo revisé un poco. Se trataba de un pequeñísimo libro de 229 páginas, con tapas duras de color negro estilo libreta moleskine y se titulaba NO BUSQUES TRABAJO. 50 excusas para no autoemplearse; escrito por Risto Mejide. Hasta aquí todo puede parecer bien, pero ahora llega el quid de la cuestión cuando me entiendes porque me conoces y ese conocimiento implicaba, hasta ese momento, defender una creencia que representaba un gran prejuicio. Hasta ayer a las 23:30 horas, Risto Mejide representaba para mí lo peor de lo peor. Y mi prejuicio era tan gilipollas, absurdo e inútil como lo es cualquier prejuicio: los reality show son la mejor manera de joder tu cerebro ensuciándolo con una acelerada instalación masiva de malware mentales logorreicos (algo así como "soltar mierda por la boca" sin interrupción, para luego dedicarte a chismorrear sin parar, convirtiendo por contagio pandémico tu vida en un reality show donde reproduces las mismas dinámicas en tus relaciones y además sin cobrar) y Risto Mejide, para mí, en mi infinita ignorancia desnuda cubierta con ropajes conceptuales de apariencia sabia vestida, representaba otro personaje más que no tiene ni zorra idea, pero se sube al carro de la vulgaridad remunerada. Al rechazar ver toda programación televisiva, desconocía por completo, en realidad, a Risto Mejide y ahora me doy cuenta de que mi prejuicio contra él estaba basado en lo que los psicólogos llaman sesgo cognitivo: información parcial (sesgada) que une mi cerebro incorrectamente y como resultado obtengo resultados pésimos, perdiéndome la bajeza oscura de un ser humano, pero rechazando y perdiendo obviamente también la grandeza luminosa de ese mismo ser humano. Lo único que en realidad pasaba con Risto Mejide, es que yo, en mi estupidez prepotente y egocéntrica, pagaba mis frustraciones personales y profesionales con un reflejo en el espejo de alguien que ha entendido el juego y sabe jugar conscientemente. ¡Y tan conscientemente! Por ese motivo, te pido disculpas, Risto Mejide, pues has demostrado ser un mentor, un maestro y alguien a quien tengo poco (o nada) que enseñar, pero de quien sí tengo mucho que aprender.
                             Imagen perteneciente a JOT DOWN

Si te ha pasado lo mismo que a mí, cuidado, pues sería conveniente que conocieras bien al personaje que hay detrás del personaje. Y dado que ya he hablado mucho, vendiéndome a mí y contándote mis historietas, es el momento de que puedas seguir con tu EDUCACIÓN FINANCIERA de la mano de uno de los grandes publicistas, licenciado en Administración y Dirección de Empresas y MBA por ESADE: Risto Mejide.

No te pierdas este fantástico artículo que ofrece verdades como puños y seguro que te va a cambiar la vida, abriendo tu mente hacia el verdadero futuro que viene, así que no busques más trabajo y fabrícate el tuyo propio:

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