Revista Opinión

Soltar… (Primera parte)

Publicado el 29 enero 2018 por Carlosgu82

Cuando nos ocurre algún problema que realmente nos angustia o que nos puede cambiar la vida, es frecuente que escuchemos la típica frase de que “Dios cierra una puerta pero abre una ventana”.

Puede que sea cierto, pero lo que está claro, es que el hecho de que la ventana se abra, depende única y exclusivamente de nosotros. Dios puede echar una manita, pero siempre y cuando, nosotros estemos dispuestos a ello. Si nos sentamos a esperar, regocijándonos en nuestra mala suerte, no habrá puerta ni ventana que se abra.

A veces es difícil salir de una situación y esperar que las cosas cambien y vayan a mejor. Simplemente, creemos que no tenemos salida y que nuestra situación no puede mejorar. Nos sentimos vencidos y llegamos a un punto, en el que poco a poco vamos dejando de caminar, hasta que llega un momento en el que estamos estancados. Dejamos de luchar y nos envolvemos en una rutina que nada tiene que ver con vivir la vida, sino con dejarla pasar.

Como comentaba en el artículo anterior, cuando nos estancamos, lo que hacemos es vivir muriendo poco a poco, sin disfrute, sin pasión, sin expectativas, sin sueños por cumplir. Simplemente, dejamos pasar los días uno tras otro, como si esos días fuesen fotocopias en blanco y negro, que no pudiesen tornarse de color.

Si no pudiste leerlo y te interesa saber más, puedes leer mi artículo anterior aquí:

Vivir muriendo

Lo que quiero que sepas es que siempre, siempre, podemos elegir. Podemos elegir entre quedarnos anclados a un clavo imaginario, o soltar la cadena y empezar a dar pasos, aunque sean pequeños. El proceso para salir de esa inmovilidad es largo y costoso, pero con distintas estrategias se puede conseguir. Solo hay que querer salir realmente y empezar a esforzarse, cada día un poquito.

Soltar… (Primera parte)

Hay distintas estrategias que se pueden utilizar. En este artículo voy a empezar con tres de ellas, las cuales considero que son fundamentales para salir de una situación de estancamiento. En mi próximo artículo, como continuación a éste, pondré otras cuatro pautas, que sin duda, pueden ayudarte si te encuentras en un momento parecido.

Veamos como podemos empezar:

  • Primer paso: Identificar lo que nos paraliza

Los motivos por los que una persona puede quedar estancada pueden ser muchos, pero realmente, lo que más cuesta, es querer enfrentarse a ello. Estoy de acuerdo en que es doloroso, y que es más fácil permanecer en una situación de quietud, que romper esa barrera que tanto nos daña, pero para poder avanzar y superarlo, es necesario ver qué es lo que nos tiene atados. No hay otra alternativa. Para ello hay que buscar dentro de nosotros e identificar qué es lo que nos ocurre… Puede ser, alguna mala experiencia del pasado, como una ruptura de pareja, o algo que nos mantiene firmes en el presente, sin querer mirar más allá, como permanecer atado a ese trabajo que no nos aporta nada, pero que nos da seguridad, e impide que nos enfrentemos al miedo de buscar algo, que igual pueda ser peor que lo que tenemos.

Soltar… (Primera parte)

Cuando nos anclamos al pasado, nos sentimos fracasados, y pensamos que no debemos asomar la cabeza a nuevos caminos, por temor a un nueva nueva caída. El miedo nos paraliza, y nos hace permanecer en una zona de confort, que nada tiene que ver con disfrutar de la vida. Podemos permanecer hasta el final de nuestros días, en una posición cómoda, que no nos haga arriesgar demasiado, pero si no es realmente lo que queremos, poco a poco nos iremos llenando de amargura y de rabia, por aquello que “no pudo” ser, sin darnos cuenta de que, fuimos nosotros los que no quisimos cambiar nuestra situación.

  • Segundo paso: Soltar

Para avanzar hay que soltar.

Soltar… (Primera parte)
Una vez identificado lo que nos tiene paralizados hay que soltarlo. Dejar atrás aquello que nos ata. Si es algún problema del pasado, una vez que lo hayamos identificado, es necesario enfrentarse a ese dolor, ver que fue lo que ocurrió, nuestra parte de responsabilidad, qué podemos aprender de ello y después liberarlo de nuestra vida.

Tras identificarlo, puede que después sea necesaria alguna ayuda externa, como algún libro de auto-ayuda que nos pueda hacer ver otra visión, o la ayuda de algún profesional que nos guíe para enfrentarnos a esa situación de la mejor manera posible.

Es importante dejar de tener miedo, al hecho de tener una terapia psicológica, ya que, ésta puede ayudarnos a liberar el bloqueo emocional que tenemos, con herramientas con las que igual nosotros solos no podemos contar, o no sabemos utilizar.

Liberar la culpa que sentimos y empezar a perdonarnos por ello puede ser algo que nos ayude en gran medida para comenzar a caminar en el sendero correcto.

  • Tercer paso: Cuidar la autoestima

En una situación de estancamiento, reforzar la autoestima es clave para superar lo que nos ocurre. Son muy importantes los mensajes positivos hacia nosotros, convencernos de que podemos conseguir salir del pozo y avanzar, y sobre todo, pensar constantemente que nos lo merecemos.

Es probable incluso que estemos inmersos en un estado depresivo, por lo que, es normal que se piense, que nunca podremos salir de este trance. Aquí, es más importante que nunca, utilizar distintas estrategias para volver a creer en uno mismo, y para empezar a ver una perspectiva más realista y positiva.

Sin duda, reforzar la autoestima es clave para que podamos empezar a pensar, que podemos seguir caminando. Una autoestima fuerte es un arma muy poderosa para conseguir cualquier reto que nos propongamos

Mi próximo artículo será una continuación de éste, donde te relataré otros cuatro pasos que te pueden ayudar a caminar de nuevo si estás en una situación de estancamiento en tu vida.

Si te ha gustado el artículo, te sientes reflejado, o conoces a alguien que pueda estar pasando por esta situación, te invito a que lo leas, lo compartas y lo valores. Con este pequeño gesto, podemos ayudar entre todos a otras personas.

Como siempre, gracias por leer!

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