Soltera y madre en la vida... por decisión propia (por Arantxa)

Yo no tengo sobrinos carnales. Mis hermanos no tienen hijos. Es una cosa que me encantaría, ir un rato a ver al bebé, hacerle mimos, jugar un poco, reirle las gracias, y luego volverme a casa tan campante. Ver como una de mis hermanas regaña a su niño por hacer una trastada y decir “no es para tanto”. Mucha gente suple esos afectos con los sobrinos de su marido o pareja; me vais a perdonar, pero aún a riesgo de parecer un poco radical, no es lo mismo. Incluso para mi no será lo mismo el día que vea a una de mis hermanas embarazadas que a mi cuñada.
En eso soy un poco siciliana, la sangre es la sangre. De hecho, tuve algunos problemas para quedarme embarazada y descartaba la idea de adoptar. Me parece la forma de maternidad más altruista que puede haber, pero yo quería vivir el embarazo. Sentirlo. Eso no me convierte en mejor o peor madre, simplemente lo necesitaba.
Así pues me sometí a varias pruebas, una especialmente dolorosa, la histerosalpingografía. No, no he copiado el nombre, lo sé bien de memoria, como para olvidarla. Te meten un líquido para hacerte una radiografía del cuello del útero, las trompas, de todo tu aparato reproductor. Y cuando te lo introducen ves las estrellas, es como si te abrieran las trompas en canal. Porque no hay anestesia alguna. Recuerdo las punzadas de dolor. El médico bromeaba "a algunas esto les abre las trompas", me decía.
No estaba muy pendiente de que sonara la flauta, pero el caso es que me quedé embarazada de mi primera hija después de esa prueba. No hizo falta inseminación artificial, que es lo que yo me temía, más peregrinar por consultas médicas, más pruebas. Si la radiografía de nombre imposible abrió (más) el canal para que el espermatozoide acertara bienvenida sea.
Todo esto lo cuento por la polémica que se ha desatado al confesar Mónica Cruz, hermana de la oscarizada Penélope, que su embarazo se debe a una inseminación artificial. La verdad es que la chica no es famosa más que por el hecho de ser hermana y cuñada de quien es, y porque hace algunos años protagonizó una serie para televisión de éxito entre los adolescentes. Vamos, que no entiendo yo por qué tenía que deshacerse en explicaciones.
Pero lo ha hecho en un post, y aparte de la tonterías que he leído hablando de la joven madre (va a parir con 36 años y en ginecología eso se considera una primípara tardía, nos guste o no) no entiendo el lío. Dicen que eso niega al niño la posibilidad de tener un padre. Bien, a priori, así es, pero puedes tener un hijo con el que parece el hombre ideal para ello y ser después un padre nefasto. Y si la chica quería vivir el embarazo, no encontraba al padre idóneo y se lo puede permitir, ¿por qué iba a estar esperando más años, sabiendo que a partir de los 35 cada hoja que se arranca al calendario disminuye las posibilidades de concebir?
Otros dicen que haber adoptado. Si a ella le apetecía sentirlo la entiendo, porque yo también lo necesitaba y parir es una experiencia brutal. Eso sí, me imagino soltera y sin pareja y no me sometería a una IA de donante anónimo ni loca. Criar un hijo es gratificante, pero también agotador, y mejor si se hace entre dos. Luego la jugada te puede salir mal, pero es importante que los niños tengan padre. Y sin embargo me parece que la suya es una decisión valiente. Egoísta, dicen, porque quiere darse "el capricho de ser madre" (sic). Eso si que me hace gracia. No hay nada más desinteresado, entregado y generoso que el amor de los padres por sus hijos. Aunque según escribo esto pienso que el amor de pareja puede ser brutal, pero esa es otra historia, u otro post.