Recientemente he adquirido un PC con una placa madre extremadamente nueva (fue fabricada hace menos de quince días). Por recomendación del vendedor, en vez de instalar Windows y Ubuntu en el mismo disco duro opté por instalarlos por separado: Windows 10 en el SSD, y Ubuntu 16.04 en el SATA. Para instalar Ubuntu también me indicó que tomara la precaución de desconectar el SSD primero. Así lo hice, y en principio no parecía haber ningún problema, pero al acabar la instalación de Ubuntu y reiniciar, tras pulsar F11 para escoger el arranque desde el SATA, éste no aparecía por ningún sitio. Tal y como me temía, tuve que cacharrear en la BIOS para cambiar la UEFI a UEFI+Legacy, pero aunque esto abría más posibilidades, seguía sin aparecer el dichoso SATA. Al final, probando cosas en la BIOS, vi que venían sendas opciones para optimizar Windows 8/10 y Windows 7: curiosamente venía marcada de fábrica (o de la tienda) la opción del windows 7. Al desmarcar esta opción, apareció el SATA como por arte de magia. Así que os lo cuento aquí por si acaso alguien se encuentra con el mismo problema...