Tras el parto, especialmente en las primeras semanas, algunas mujeres tienen sobreproducción de leche, es decir, su cuerpo fabrica más leche de la que su bebé puede tomar. Esto puede provocar problemas tanto para la madre como para el bebé, ya que en el caso de la mujer, el exceso de leche retenida aumenta la posibilidad de sufrir grietas y mastitis.
En cuanto al bebé, tanta leche acumulada en el pecho, puede hacer que se atragante, ya que quizás la bajada de la leche sea demasiado fuerte para lo que el pequeño puede tomar.
Sin embargo, es importante que la mamá se mantenga tranquila, ya que, hay soluciones y consejos que le servirán para acabar con este problema.
Consejos prácticos para lidiar con la sobreproducción de leche
Será muy útil que, antes de darle el pecho al pequeño, la madre extraiga un poco de leche de su mama. Aun así, no deberá hacerlo en exceso, ya que, esto podría provocar un aumento en la cantidad de leche. Si previamente se retira esa pequeña cantidad, el bebé podrá tomar el pecho sin ningún problema.
Como antes se indicó, existe la posibilidad de que el bebé se atragante, por lo que habrá que prestar mucha atención a la posición en la que se le da el pecho al bebé. Una de las recomendadas es la llamada posición australiana, en la que la mujer está colocada sobre su espalda mirando hacia arriba y coloca al bebé a la altura de sus costillas, sosteniendo la frente del pequeño con la mano para que su nariz no se hunda en el pecho, impidiendo que tenga problemas para respirar adecuadamente. Con esta posición, que es cómoda para ambos se evitará que el pequeño reciba demasiada cantidad de leche y se asuste. Otra postura que también podrá adoptar la madre con su hijo al amamantarlo en estos casos será colocar al bebé frente a ella, ambos sobre la cama o sofá. Así, será como si ambos estuvieran de pie.
Tiempo de toma por cada pecho
También, para ponerle solución a este problema, será conveniente que la madre le dé un solo pecho por toma, que deberá durar como máximo veinte minutos. Tendrá varios beneficios, entre ellos, que el bebé tomará de ese pecho hasta vaciarlo, haciendo así que la mujer no tenga esa cantidad excesiva de leche en ambos pechos. Asimismo, de este modo, el pequeño ingerirá menos cantidad de lactosa y también influirá en que disminuya la posibilidad de que tenga dolores provocados por la acumulación de gases o por cólicos. De este modo, en la otra mama se quedará la leche retenida y esto favorecerá que, en pocos días, produzca ya menos cantidad de leche. En el caso de que la mujer se sienta dolorida o incómoda por la acumulación, sí que será conveniente para aliviar esas molestias, que se extraiga un poco de leche, aunque, sin vaciar el pecho por completo.
Si el pequeño, tras haber sido amamantado durante aproximadamente diez o veinte minutos vuelve a tener hambre en menos de una hora, deberá volver a ofrecerle el mismo pecho.
En el caso de que, a pesar de seguir estos consejos la mujer no solucione este problema, será necesario que acuda a su médico para que le recomiende qué hacer o qué medicación o tratamiento seguir.