Revista Cultura y Ocio

Somalia

Publicado el 03 julio 2018 por Academiacruellas

En junio de 2006 el Consejo de Tribunales Islámicos (CIC) derrotó a una coalición de clanes apoyados por Estados Unidos y se hizo con el control de la capital, Magadiscio. Era la primera vez que dicha capital tenía una autoridad única ya que hasta dicho momento había estado dividida y controlada por diferentes señores de la guerra. A pesar de todas las inseguridades, la sociedad civil continuó avanzando creando y manteniendo escuelas privadas, hospitales y una universidad. Pero también es verdad que la existencia diaria era muy muy precaria ya que siempre estaba la amenaza de los atentados o de los enfrentamientos entre milicas rivales. La victoria del CIC modificó la situación política y la seguridad en Mogadiscio, y durante un tiempo, prometió una renovación total de la política somalí. El CIC extendió su control sobre las inmensas tierras del sur y centro de Somalia, lo cual revertió en mejoras de la seguridad en estas zonas. Se suprimieron controles, se detuvieron a bandas de delincuentes y se abrieron puertos y aeropuertos. De repente, los habitantes de Mogadiscio podían andar de noche por las calles.

Todo ello se vio trucado con en enfrentamiento con Etiopía a finales de 2006, donde Eiopía aniquiló a las fuerzas del CIC y las tropas etíopes ocuparon Mogadiscio. El poder lo ocupó el Gobierno federal de Transición (TFG) que ya había ocupado el poder en 2004 cuando la situación fue caótica.

A partir de entonces, lo de siempre. Aumentó la insurgencia armada contra las fuerzas etíopes y contra el TFG. Dicha insurgencia es una mezcla de resistencia islamista y tribal con métodos parecidos a los de Irak, a través de coches bombas detonados a distancia. En abril de 2007 el ejército etíope llevó a cabo un duro ataque contra la insurgencia, lo que provocó una terrible crisis humanitaria ya que unas 400.000 personas se vieron obligadas a desplazarse de la capital- Naciones Unidas cifraba la cifra de desplazados en el interior del país en torno a las 700.000 personas, cifra muy elevada para un país que tiene nueve millones de habitantes, de los cuales un millón viven en el extranjero. Además, muchas de ellas huyeron al valle del río Shabelle, lugar donde escasean los recursos y los medios de sustento, donde apenas llegaba la ayuda humanitaria y existía un riesgo elevado de inundaciones e inseguridad alimentaria.

Debido al alto grado de inseguridad que representaba Mogadiscio nadie quería regresar allí. ¿Por dónde fueron los esfuerzos diplomáticos internacionales? El primero fue la creación de una fuerza de pacificación de la Unión Africana para reemplazar a las fuerzas etíopes. Otro camino que se inició fue el acercamiento de posturas entre el TGC partido en el gobierno y la oposición, con el objeto de crear un gobierno de unidad nacional. La tercera pata de dicha mesa consistió en el refuerzo de la casi nula capacidad del gobierno del TFG. Quizá el primer objetivo es el que quizó dio su fruto ya que hay en la zon alrededor de 9000 soldados ugandeses ayundado a las fuerzas gubernamentales. Los esfuerzos por crear un Congreso de Reconciliación Nacional resultaron un fracaso ya que se llevó a cabo una conferencia en 2007, en la cual no estaban presentes los representantes de la oposición. La oposición en el exilio se reunió en Asmara (Eritrea) y creó su propia Alianza para la Liberación de Somalia (ALS). El único factor común de dicha Alianza -formada por no islamistas, islamistas moderados, etc- es su odia hacia el TFG.

El resto hasta hoy es una vorágine por conquistar espacios de poder, lo cual ocasiona que sean las personas anónimas las que verdaderamente sufren los estragos de la guerra. Si a ello sumamos unas condiciones climáticas adversas, y que la línea dura del CIC se una a posiciones extremistas del tipo Al Qaeda, tenemos todos los ingredientes para una nueva catástrofe humanitaria en África

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