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Sombras

Publicado el 14 mayo 2014 por Alma De Frontera @almadefrontera
Sombras

Ya no recuerdo cómo era cuando no tenía sombras persiguiendo mi rastro. Quizás era más rápido, más ocurrente, despierto y atrevido, aunque dudo si con mejores reflejos. También es verdad que por entonces había vivido menos, bebido menos y no le había cogido el punto al barro. Ahora no puedo dar un paso sin que estas malditas sombras crucen insolentes ante mis narices.

Sombras familiares, velos de arácnido, espectros del pasado, trampas del deseo y demonios interiores. Unas veces proyectándose con la apariencia de un taimado tahur que barajase su patraña de símbolos, otras insinuándose sobre el tiempo efervescente con la reedición de fallas y desaires; siempre desvelándose como nublados de plomo y ceniza, atajando la claridad del vitreo, soterrando el juicio a la altura del esternón. 

Ante su presencia sólo queda verlas desfilar o sacudir la cabeza como atontado.No hay cura, dijeron los doctores, ni más antídoto que el olvido.El tiempo suele ordenarlo todo, aunque sea estéril ubicar el orden de las cosas sin errar en prejuicios. A la espera de una decantación liberadora tocará mirar para otro lado, tomar por bisoño el dolor empeñado en amores ingratos y la soledad cual fermento de la experiencia. Puestos a interpretar, la cobardía se volverá sublime ejercicio de prudencia, olvidado ya el ardor sanguíneo. Pero será en vano, las sombras seguirán ahí, enturbiando el panorama, tapizando de grises la cordura, nublando la fe en el cristalino.

Aunque no todo está perdido. Con tiempo maceré singulares pócimas con las que conjurar el trance. Y volveré a levantar el vaso, por los grandes tiempos que vendrán y los que quedaron atrás, tan falsos e infames que ahora parecen como las sombras que heredé de su trasiego. Retomaré la posesión del presente, donde los pasos se hacen verbo y la lucidez espera a un par de tragos. En unos instantes las tinieblas fugarán hasta el rabillo del ojo. Habrá llegado entonces la hora de prender la mecha de los sueños, donde las sombras no pueden abordarme y soy yo quien las persigo.



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