Cada cambio de temporada vemos cientos de modelos, Sombreros de todos los tipos, formas y colores, confeccionados con infinidad de materiales. Y aun así no dejan de sorprenderme algunos diseños que encuentro. Modelos que son verdaderamente originales, y que quizás en una Sombrerería no tienen mucha salida, pero sí algo especial que te apetece comprarlos.
Piezas que seguramente se puedan calificar de pequeñas obras de arte, dado su tamaño.
Un sombrero puede sorprender por su color, por su forma, por su composición (mirado desde los volúmenes que lo forman), por su confección, por los materiales usados o su elaboración. Puede asombrar por su técnica, que a ojos de un Sombrerero muy experto (no es el caso) sorprenda por el conocimiento del oficio que se ha aplicado en su confección.
Siempre han existido sombreros sorprendentes, extravagantes, modelos que seguramente costaría ponerse en la cabeza. Como ejemplo, una colección de modelos inspirada en los objetos de la cocina. Se trata de un vídeo realizado en los años 50 con sombreros realmente sorprendentes.
Pero en ocasiones, por muy sorprendente y extravagante que sea el sombrero, tiene algo especial, algo que gusta, que atrae, quizás simplemente esa sea la diferencia entre un buen diseño o no, que tenga o no ese toque especial que te enamore.
Visto en: Glitz and Glitterz, Vintage Fashions, Pinterest y Philip Treacy