Algunas veces sales a la calle y el mundo sigue al revés, pasan las horas y los cerebros se evaporan con el sol que no hace, con la lluvia que no cae, con las minutos que no pasan.
El reloj se detiene para recordarte que la reunión no termina con los posos del café y no vamos a caer en reflexiones intrascendentes.
El espejo quebrado por la mitad hace siglos que dejó de preguntarse como debería de ser la parte que le falta.
El vídeo es de Second, lo he visto gracias a Mari Luz, a ver que os inspira a vosotros.