Nunca nos imaginamos que la vida de una estrella del cine pueda ser cómo se muestra en esta película, es decir, mundana, aburrida, anodina, vacía y triste en ocasiones. El acierto de Somewhere es que logra mostrar una realidad de la que estamos muy alejados la gran mayoría de la gente y que nos sintamos identificados con esa realidad. Otro gran acierto es reflejar el tremendo contraste entre esa vida vacía y anodina y la imagen pública que casi le obligan a dar con esa reportera frenética que irrumpe en la vida de Johnny Marco y le hace preguntas absurdas que miles de veces hemos visto en televisión, algo parecido ocurre en la rueda de prensa o en la entrega de premios en Italia.
Lo único que merece la pena en su vida es su hija, es la única chispa de autenticidad y alegría que tiene pero en todo momento parece que su relación pende de un hilo, y que en cualquier momento se estropeará, cosa que posiblemente ocurrirá en el futuro.
La película es lenta, sí, me llama la atención cuando las hordas de cinéfilos “antigafapastas” se rasgan las vestiduras cuando ven una película más lenta de lo habitual o un plano silencioso más largo de lo “normal” y, aunque entiendo el tedio que le puede causar a ciertas personas esto, no creo que sea un signo de mal cine sino de una sensibilidad especial de la directora que pretende transmitir algo y esa es su manera de hacerlo, el espectador puede captarlo o no, pero opino que es valiente por seguir fiel a su estilo y a su manera de narrar historias por mucho rechazo que cause en ciertos sectores.
Sé que se puede transmitir el tedio de una vida vacía de otras maneras menos lentas en el cine, pero la forma de Sofía Coppola es tan válida como cualquier otra.