Revista Espiritualidad
Tenía planeado otro artículo para hoy. Uno que anuncie con bombos y platillos la bienvenida de esta nueva temporada y las cosas nuevas que vamos a compartir a lo largo de este período. Pero para eso tenemos tiempo, hoy siento que quiero dedicarle estas líneas a esa persona que ha inspirado a millones de almas alrededor del mundo, el Dr. Wayne Dyer. En mi caso, escuchar o leer sus palabras me ha resultado en varias ocasiones el equivalente a una taza de té caliente en una noche de invierno, porque solía acudir a sus enseñanzas en mis momentos de confusión y de soledad y siempre me sentía reconfortada. Y a fuerza de seguir sus pasos inicié este camino que elegí, un camino en el que estoy agradecida de transitar y que es para siempre. Wayne Dyer tiene miles de frases y de reflexiones que te dejan pensando, que te hacen tener ese momento “¡ahh, es así!” y quiero compartirte dos de ellas que son mis preferidas.
La primera la coloqué en la primera página del manual que escribí este año, y es la siguiente:
“Durante los primeros nueve meses de vida lo han hecho todo por ti y no has tenido que hacer nada. No te preocupaba de qué color ibas a tener los ojos ni qué aspecto tendría tu cuerpo. Es algo que no depende de ti, te rindes ante ello. Yo lo llamo impulso hacia el futuro, es un impulso que te empuja hacia la dirección en la que se supone que tienes que ir. Y no es ninguna barbaridad plantearse que si todo lo que necesitabas para el viaje físico ya estaba contenido ahí, ¿por qué no ibas a tener también todo lo necesario para el resto del viaje?Todos tus propósitos están ahí, Todo lo que eres, tu personalidad está ahí, todo lo que puedes llegar a ser, no solo lo físico sino todo el resto. Si eres capaz de abrirte y lo permites”.
El año pasado tuve de la nada un impulso muy fuerte de asistir a una conferencia suya, así que me compre un ticket a Nueva York y me planté un sábado de septiembre en una de sus charlas a escucharlo. Ahora entiendo por qué la vida es como es, por qué a veces uno hace las cosas que hace sin pensarlo y a final son las correctas, son lo que tenían que ser.
Otra de mis citas favoritas, es una que está en su libro El poder de la intención, y es la siguiente:
“El respeto por ti mismo debería ser tu estado natural, como lo es para todo el reino animal. No verás ningún ratón que se considere indigno de lo que tiene intención de tener. Si fuera así, el animal sencillamente moriría actuando sobre la base de su íntima convicción de que no se merece la comida o el refugio, ni cualesquiera cosas que deseen los ratones. Sabe que es respetable; no ve razón alguna para rechazarse, y vive su condición de ser ratón en perfecto orden. El universo provee, y él atrae esas provisiones hacia su mundo”.
Los humanos somos unos seres raros, que nos desmerecemos y nos faltamos el respeto como ningún otro animal lo hace y la verdad, recordar este pasaje me ha servido muchas veces en las que me he encontrado a mí misma no creyéndome merecedora de los regalos que la vida tenía para mí.
Gracias Wayne por tanto, por inspirarnos a muchos y ayudarnos a ver la vida con ojos de milagro.
Candela