Somos España, no Alemania

Desde bien pequeño siempre sentí admiración por el fútbol alemán. Su liga no me hacía prestarla demasiada atención y sus futbolistas no destacaban individualmente en exceso por encima del resto, tal vez es que no destacaban. Pero estaban ahí, los alemanes siempre llegaban, siempre se colaban en las eliminatorias por los trofeos. Siempre. No había excusa ni campeonato que se les resistiese.
Con el tiempo aprendí que el fútbol es más que nombres y técnica individual, un edificio con buenos cimientos que se asientan sobre una base firme, sólida y capaz de soportar numerosas cargas que sobre sus paredes actúen. Y el mejor edificio siempre fue Alemania, sin excepción. No entraba en las quinielas pero se colaba. No era favorita pero ganaba. No contaba con el beneplácito de los expertos pero en los carteles de las finales siempre aparecían. Siempre Alemania.

Y en esas, tras varios desengaños por cada Eurocopa y Mundial, como cuando crees que ese será por fin el amor de tu vida pero te acaba mostrando la espalda, esa pareja en la que confías y que de golpe y porrazo deja de existir, así apareció España. Una Selección que llegaba en 2008 con el nombre de Raúl sobrevolando el cielo de Luis Aragonés, la figura del veterano delantero que por méritos en el campo quizás pudo acudir y que el de Hortaleza no quiso incluir en sus pensamientos desde aquella cruz en Irlanda.
La prensa jugaba su partido y cada portada y líneas al seleccionador desde el desplome contra Francia en 2006 era un ataque, una prueba de desconfianza a su fútbol, juego, jugadores y lo que es peor, su persona. El mismo Luis Aragonés supo desde entonces que todos no tiraban del mismo carro, pero también supo desde entonces que él tendría que tirar más fuerte. Él y los suyos. Él, su gente y sus futbolistas. Un grupo, el todo por encima de todo y ningún nombre delante de cualquier nombre. Como siempre pasaba con Alemania, la selección que admiraba desde la distancia era el ejemplo claro de lo que nos faltaba. Y supimos arreglarlo.
Desde el vestuario o desde el hotel, aquel grupo de hermanos ganaba los partidos e incluso esa pizca de suerte que quizás dejábamos en España viajó en las maletas de los nuestros a Austria. Ahí ya todos remamos en la misma dirección, ya nadie discutía convocatorias ni se ponía en duda el trabajo de quien nos hizo cambiar la historia, de quien nos hizo cambiar nuestra mentalidad.
En las victorias es sencillo y por lo tanto subirse a aquel carro, simple. Así lo hicieron. De los infiernos a coronarle Rey, Luis Aragonés era campeón, España era campeona de Europa y todos nos sumábamos a la fiesta, que de eso sabemos un rato. Curiosamente el finalista y derrotado sería Alemania, digo curiosamente pero no casualmente, os recuerdo que siempre estaban. Como estaban en Sudáfrica cuando Casillas levantó la Copa del Mundo y como estaban en 2012 cuando Iker repitió Eurocopa. Semifinales y finales, los alemanes entienden de esto.
Y así, Alemania conquistó Brasil. El mismo lugar donde España se derrumbaba, curiosamente el verano anterior a la cita y allí, ya se vislumbraba  lo que ocurriría. Caso omiso. Los mismos que no dudaron en intentar acabar con Aragonés en España se empeñan en mantener el trono de un Vicente  Del Bosque que sí duda, y lo que es más grave, no da la sensación de saber cómo resolverlas. Lo que Vicente no se cuestiona es si continuar o no,  él seguirá hasta 2016, así lo ha dicho. Probablemente en Francia no seremos campeones y probablemente no pugnemos por el premio. Tiempo al tiempo. Alemania estará, no dudamos.
Más curiosidades, recientemente nuestra selección ha renovado patrocinio con “Seguros de Coche Pelayo". Y curiosamente seguros es lo que no somos y de patrocinios, viajes para que los billetes afloren y amistosos en la otra punta del Mundo con sabor a dinero sabemos, sin embargo nos olvidamos de lo que en realidad se necesita, un grupo, un equipo y no una selección de momentos. De eso Alemania sabe, a nosotros se nos ha olvidado. Buscamos éxito, dinero y el resto importa poco.
Pero somos España, no Alemania.

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