¿Por qué está bien (o al menos, no está mal) alabar una cualidad especial de una raza humana y, sin embargo, está fatal hacer una crítica negativa de una de esas razas? (¿racismo?)
De la misma forma, ¿por qué está bien (o al menos, sigue sin estar mal), alabar una cualidad típicamente femenina y está fatal criticar a las mujeres por algunas de sus características generales? (¿machismo?)
¿Es realmente tan malo generalizar mientras se mantenga el respeto al individuo? (¿prejuicio?)
¿No sería mejor concienciar a la gente de que una generalidad no define a un individuo sino que nos da pistas de cómo puede ser y así mejorar nuestra relación con él?
¿Y por qué al constatar esas inconsciencias, ahora hay grupos sociales que presionan para homogeneizarnos a todos y así evitar todas esas comparaciones (negativas y positivas) entre las personas? (Ideología de género, el area sexual, por ejemplo).
¿Esa actitud no formará parte simplemente de la tan evidente hipocresía que existe en nuestra sociedad, fomentada por un inquietante incremento de la limitación de la libertad de expresión?
¿Somos realmente tan libres como nos creemos?
¿No seremos más bien unos pocos pero multitudinarios “rebaños de corderitos” a las órdenes de algunos líderes mesiánicos que nos manipulan a su antojo y siguiendo unos pensamientos únicos e incuestionables?
Son sólo algunas de las cuestiones que muchos se deberían hacer antes de criticar tan gratuitamente y siguiendo los patrones marcados por los grupos de opinión y presión sociales, que marcan lo que está bien y lo que está mal, sin discusión ni debate alguno.
Curiosamente, muchos de estos grupos manipuladores, adoctrinadores y autoritarios, han reemplazado lo que ellos mismos criticaban tanto pero que no era más que una versión de ellos mismos: Las creencias religiosas y/o espirituales, que están fuera de todo debate y discusión racional. Es la nueva religión: El Laicismo…