Uno trata de entender, en verdad, los gustos de la gente. Puedo entender porque a algunos les gustan las películas de Transformers, o puedo entender por qué gusto Crepúsculo en su momento, incluso puedo entender que algunos les gusten las películas “mockbusters” (llamadas así porque son películas que se burlan de algunas otras en particular). En serio puedo entender porque, aún y cuando no me gustan, puedo ver algunos momentos en donde sientes algo de esfuerzo por realizar algo bien, por tratar de no ser tan conformistas con lo que ofrecen. En serio lo entiendo.
Lo que no entiendo es como una película como la que ahora crítico en la que no hay esfuerzo, no hay calidad, no hay intento de ofrecer algo más, llegue a tener todo un éxito en taquilla absurdo. Lo siento, no lo entiendo, no lo acepto, no quiero creer que el ser humano pueda crear algo tan espantoso de ver y, lo que es peor, que sea aceptada por la gente.
Lo pongo de esta manera, lo mejor de esta película fue Rob Schnider y por una simple razón: no sale en toda la película. Así es, este fue el único de los amiguitos de Adam Sandler que no apareció en esta secuela lo que es un punto a agradecer, ya que para escenas o frases “graciosas” tenemos al resto de la pandilla.
Me es difícil explicar cuál es el problema de esta película, en serio es difícil de explicar; no porque no los note, si no porque aparecen a todo momento, como si los productores de semejante porquería quisieran restregarte en el rostro todo lo que hicieron y todavía se echaran una risa diabólica, al ver como este producto pese a todo fue un éxito. Hay tantas cosas que están mal en esta película que es difícil escoger.
Empecemos con la “historia” que pretende contarnos. No, en realidad no se puede, porque no pude captar bien la historia: es sólo ver a Adam Sandler y sus amigos (Chris Rock, David Spade y Kevin James) actuando como “adolescentes” en toda la película (si es que así actúan los adolescentes, claro). Ahí quieren agregar sub-historias, pero apenas y sin son tocadas en lo que avanza el filme. En realidad, esas sub-tramas se te llegan a olvidar ante la estupidez que abunda en el filme.
Siguen las actuaciones: bueno, tampoco puedo contar mucho esto porque estas personas no están actuando: simplemente están haciéndose los payasos en toda la película y no llego a sentir gracia en algún momento; hay un par de actores semi-descentes en la entrega, pero en realidad no están actuando, simplemente están ahí por un jugoso cheque que les habrán prometido.
Bueno, siguen los efectos especiales (si, esta película tienen efectos especiales): En realidad, tampoco puedo tocar este tema, son risibles y por una buena razón: esta película no necesitaba de efectos especiales (ni buenos ni malos), es simplemente un lujo de Sandler. Y no contribuyen en nada a la película.
Bueno solo nos queda ver la comedia, algo bueno debió tener esta película, ¿verdad?: hago un esfuerzo por recordar algún momento divertido en todo el filme y no me acuerdo de ninguno en absoluto; nada me causo risa, ni siquiera de esas sonrisas que sacas para no quedar mal. Nada funcionó, nada memorable, NADA.
No me quiero jactar de experto en películas (no lo soy, soy un fan como cualquier otro), y no quiero juzgar a la gente que le gustó esta película. Pero en verdad, “Son Como Niños 2” ha sido una de las experiencias más agotadores y molestas que he visto en mi vida, y no se la recomendaría ni a mi peor enemigo.