A raíz de la Revolución Industrial y con la introducción de nuevas filosofías basadas en la
capacidad de trabajo y optimización del rendimiento, se ha conseguido paulatinamente, y sinquererlo, que la terminología “competitividad” se introduzca en todos los ámbitos de nuestras vidas, llegando a ser una parte fundamental e indispensable.
Día a día, en el deporte en general y, más en concreto, en el deporte escolar, el concepto
competividad se expande a velocidad de vértigo entre los valores que empleamos para educar a nuestros deportistas. El ser mejor que el otro, o valorar socialmente al éxito, ha convertido nuestro deporte escolar en un ámbito más donde la competitividad ha hecho mella. Estos valores deportivos de competición, de ganar por encima de todo, exagerar la realidad del deporte, han dejado atrás la filosofía fundamental del deporte en edades escolares, que no es otra que complementar a través del deporte la labor formativa desarrollada en los centros educativos, especialmente en lo referente a valores sociales y hábitos saludables. Iniciar una renovación cultural en el deporte no es fácil, primeramente se debe reflexionar sobre el momento en el que se encuentra el deporte escolar y hacia dónde lo debemosencaminar. La sociedad actual ha transformado el fútbol en edad escolar en una realidad que emula la lucha de David contra Goliat. Muchos son los niñ@s que cada fin de semana compiten y, tanto las exigencias de la competición como las del entorno próximo al deportista, aumentan a pasos agigantados.
Valorar el éxito como la base fundamental del deporte escolar producirá una deformación y devaluación de los principios éticos del deporte y, más en concreto, del deporte en edades escolares. En palabras del pedagogo francés y fundador de los juegos Olímpicos Modernos Pierre de Coubertin: "Lo más importante del deporte no es ganar, sino participar, porque lo esencial de la vida no es el éxito, sino esforzarse en conseguirlo”.
Teniendo en cuenta la acertada reflexión de Pierre de Coubertin, debemos germinar el
inicio del cambio necesario, construyendo una serie de pilares sólidos y fundamentales que
sentarán las bases de una revolución tan denostada por todos los profesionales que trabajan
en el campo de la educación deportiva con niños.
Este proceso de enculturación deportiva debe ser focalizada en un primer momento hacia el
deporte de base, y desde ahí manteniendo siempre presente el componente lúdico deldeporte en edades infantiles, trabajar muy despacio con el resto de la sociedad.José Luis Campaña
Graduado en Educación Primaria
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