Revista Cultura y Ocio

Son las 12.

Publicado el 19 septiembre 2019 por Otroscuentos

Son las 12.

Exacto, la última vez que escribí fue en 2016. Tampoco ha pasado mucho desde aquel entonces, básicamente estoy igual, pero ahora con una hora menos y en una biblioteca, no sé si con glamour londinense, pero sí con estuche-mochila-chaqueta de Harry Potter dándolo todo mientras me debato en la dicotomía del “qué c*ñ* hago aquí” y “vas a petarlo al máximo en estos tres meses de estancia soñada”.

La cosa es que si eres de los que me leías cuando aún estaba en los 20 y no me había visto canas, sabrás que normalmente solo los domingos por la tarde eran óptimos para escribir dramas varios, y hoy no es domingo. Así que, tranquil@, solo me ha entrado nostalgia y he decidido publicar esta entrada para anunciar que, a lo mejor, si alguien me lee, retomaré estos días estos otros cuentos que dejé en barbecho y que aún siguen deambulando en mi cabeza. Será porque en mi propio blog solo me tengo que citar a mí y no hay bibliografía que consultar, ni guía de estilo que seguir ni revisión posterior que corregir. Aunque más bien será porque no tengo diario y hablar conmigo misma diariamente más de 15 horas al día me está llevando a mis orígenes… de locura.

En fin, os dejo con mi primer decálogo de cosas que me pasan últimamente:

  1. Las ardillas ya no me sorprenden: vista una ardilla (o dos, o tres o cuarenta), vistas todas.
  2. Las bandadas de cuervos… (aplicar casuística número 1).
  3. Mis conversaciones más fructíferas de la biblioteca a casa se basan en pedir disculpas por la de veces que casi me choco con alguien… ¿por qué, señooo?
  4. Digo más “sorry” que respiro (aplíquese a la casuística número 3, entre otras).
  5. He tardado casi tres semanas en más o menos poder pagar con el dinero justo sin parecer una anciana de 200 años mirando el monedero.
  6. He aprendido a vivir con la incertidumbre de: “Dios, qué buen día, seguro que llueve”.
  7. Estoy empezando a comprender que casi podría doblarle la edad a muchos de los que me rodean, y yo ni lo noto.
  8. Leer en un parque no es tan idílico como parece, y menos si eres la única del parque que se pone a la sombra.
  9. El Primark ya no me motiva… Señooo, sácame de esta pesadilla…
  10. Y último, pero no menos importante: no entiendo como hubiera sobrevivido a esta aventura sin Broncano, Skype y Netflix. La milenial de mi alma no lo concibe.

Me vuelvo a lo que he venido a hacer aquí, avanzar en la vida. Y no a escribir esto que no va a ningún… Sorry, me voy a leer a un parque, mientras las ardillas me rodean y escucho a los cuervos que casi se llevan mi Soya Latte de 2.10 pounds pagado con trescientas monedas de todos los cambios después de verme otra cana y ponerme la chaqueta de Harry Potter rodeada de gente en tirantas. En fin, podría seguir, pero me imagino que tendrás mejores cosas que hacer.

Hasta otra rallada

😉


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