Revista Cultura y Ocio
En estos tiempos parece que los soñadores locos son pocos, pero se trata de tan solo una ilusión. Este mundo de mierda parece carecer de belleza y sensatez, pero es tan solo una ilusión. Bajo tanta supuesta inmundicia existe un solapado frescor de horizonte ilimitado y sutil. La vida mundana nos abrasa con su inmediatez alejándonos de la reflexión, dejándonos ausentes de humanidad. Venimos al mundo por una incomprensible razón y nos empeñamos en darle sentido perdiéndola con un afán todavía más incomprensible. De todos modos, los insensatos que se niegan a malgastar la fortuna de vivir son mayoría, aunque pueda parecer todo lo contrario. En algún lugar existe la paz, aunque no lo parezca. El odio está bien repartido, parapetado en la justicia del egoísmo ilustrado con la malsana apropiación del merecer. Si gano, es por mí. Si pierdo, es por los demás. Los gritos no dejan escuchar el silencio y la estupidez sepulta engañosamente a la inteligencia. El mundo parece estar en manos de inhumanos, pero el mundo siempre pertenecerá a los soñadores locos que piensan que nada les pertenece. Y aunque no lo parezca, son mayoría.