Me faltan horas para escribirte
parado, mi reloj ya no anda
se paró en aquel maldito instante
que la ciudad se sumió en la nada.
Me falta valor, tú bien lo sabes
de cobardía se viste mi alma,
miedosos mis dedos al soñarte
en las esquinas del papel dobladas.
Te siento y sé que me he perdido
que de mí no queda ni la sombra
que cobijaba tus pasos y los míos.
Que tu nombre se agarró a mi recuerdo
y enredado en mi boca se susurra
esperando, si tú quieres, el reencuentro.