Revista Cultura y Ocio
La primera vez que escuché este disco fue gracias a un compañero de trabajo, y también amigo con el tiempo. Acabamos aquel trabajo viajero y uno de los últimos días me regaló una copia del Dirty, el octavo álbum de estudio de la banda neoyorkina Sonic Youth, producido por el mítico Butch Vig (quien produjese el Nevermind de Nirvana entre otros). Era el primer disco entero que escuchaba de la banda, aunque ya había oído temas de ellos pero no había profundizado, fue después de un tiempo que me puse este disco y me elevé unos cuantos centímetros de altura y sentí algo especial. Nunca le estaré a mi amigo agradecido lo suficiente. Hay que tener en cuenta que este grupazo ya llevaba 7 discos a sus espaldas y predecesores de éste eran Evol, Daydream Nation o Goo... entre otros... ahí es nada. Pero de éste disco en concreto me atrapó su crudeza, su sonido potente de bajo y guitarras y también porque no, era un disco áspero. Lo que nunca se debe olvidar es que el grunge le debe mucho a Sonic Youth, ya que todas las bandas como Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden, etc., mamaron de este grupo. La alineación era Thurston Moore y Lee Ranaldo a las guitarras y voces, Kim Gordon al bajo y voz y Steve Shelley a la batería.
Por un lado se podría decir (como he leído al gran Ignacio Juliá algúna vez) que Sonic Youth son como la Velvet Underground de nuestro tiempo, y no le falta razón, pero cuidado en éste disco (y también en Goo) se observan matices pop dentro del sonido enérgico de la banda, que por aquel entonces sonaba muy feroz todavía, sobre todo por la crudeza de las guitarras. Pero lo curioso del álbum, es que quizás sea el más "comercial" de su carrera, si podemos decir que en algún momento su música era comercial, irónicamente muy diferente a la música de moda en aquellos años, es decir, seguían haciendo lo que les daba la gana, y la verdad es que lo bordaron. La producción consiguió algo difícil, que era aclarar el sonido de Sonic Youth, sobre todo en las guitarras (antes muy sucias y crudas) consiguiendo mantener cierto orden dentro del caos maravilloso que la banda genera.
El disco comienza con 100% cuyo vídeo dirigió Spike Jonze, con esas guitarras dominantes y chirriantes, sello de la banda que dominan el tema, hasta que se llega al sólo de batería y bajo que termina el tema en modo instrumental. Swimsuit Isuue es una locura desde el principio, con unos cambios tremendos y Kim cantando desatada, para luego acabar más pausado el tema. Theresa's sound-world es una balada a su estilo, con esa atractiva y misteriosa oscuridad que tan bien dominaban, aunque el final del tema no pueden contenerse con la distorsión. Drunken Butterfly sigue los pasos de los dos primeros temas, muy viscerales, con la voz de Kim muy presente y perturbadora. Shoot es un tema etéreo, lisérgico si se me apura, acercándose a terrenos psicodélicos mientras la voz de la señorita Gordon demuestra todo su ardor. Wish Fulfillment es para mi un tema emparentado con los Smashing Pumpkins que también dominaban la escena rockera en esa época, pero con la voz de Moore mucho más clara y orgánica que la de Billy Corgan, un temazo tremendo. Llega el disco a la medular con Sugar Kane, palabras mayores, uno de esos temas por los que vale montar una banda, genialidad a paladas desde el principio, con esa melodía que se te mete en el tarro y ya no te suelta con Thurston cantando... "You're perfect in the way, a perfect end today... You're burning out their lights, and burning in their eyes..." y acabando con ese I love your sugar kane... incluyendo su parada e increscendo final, memorable y sideral. Orange rolls, Angel's spit vuelve a los sonidos más crudos con Kim desatada, pero con unos cambios muy acertados. Youth against fascism es una de las letras políticas del disco, con críticas al gobierno americano del momento, y con un trabajo al bajo espectacular. Nic fit es el corte de menos duración, un tránsito o experimentación. On the strip es una delicia con la voz más dulce de Kim, por momentos embaucadora, y una gran melodía. Chapel Hill era otro tema político, donde las guitarras dominan en otra melodía bestial y Thurston haciendo maravillas con la voz, para acabar en esa distorsión atronadora. JC es de esos temas que si ya estás metido en la onda de la juventud sónica disfrutas como pocos, guitarras navegando y la voz de Kim sobre ellas. Purr es casi punk en su concepto, casi SexPistoliana, pero es una canción de amor. Cierra esta pasada Créme Brülèe, un tema experimental a tope.
Meterte en la música de Sonic Youth reconozco que para mi no fue fácil, eso si, una vez comprendido y asimilado su sonido y su onda, es una delicia pasearse por sus discos y en concreto por éste, con el que yo les conocí, imprescindible en cualquier discoteca.
Este post fue originalmente hecho por mi para el Exile SH Magazine, y ahora lo reproduzco en mi espacio.
Os dejo con Sugar Kane interpretada en directo.