Como era de esperar, el viernes vio al recinto del Sonorama llenarse más y más según avanzaba la tarde y la noche entraba, hasta conseguir aforos como el que estuvo viendo a Love Of Lesbian, triunfadores absolutos de la jornada. Otros proyectos como La Casa Azul, Dinero o Corizonas también salieron vencedores del envite.
Pese a lo temprano de la hora, que suele ser la indicada para acudir con calma al recinto después de una buena siesta, Igloo lograron una modesta pero aceptable asistencia en el escenario principal. Es difícil programar a todas las bandas al gusto de todo el mundo y lo deseable hubiese sido ver a los gallegos un par de hora más tarde por lo menos, pero aun así con un par de guitarrazos fue suficiente para olvidarnos de los detalles y centrarnos en la música. Repasaron temas de ‘infinito 3′ y de ‘#2. La transición de fase’, destacando enérgicas canciones como ‘Sin Mentiras’, cargadas de emoción y fuerza.
Quienes estuvieron notoriamente molestos con la hora a la que se les había programado fueron The Gift, deseando haber tocado en un horario más nocturno y no a las ocho de la tarde. Así lo comentaba el teclista Nuno Gonçalves hacia el final de la actuación, pero no se habían dejado llevar por la frustración, al revés: la banda portuguesa le dio la vuelta a la tortilla y ofreció un muy buen concierto, con bastante público, con el que supieron conectar enseguida. Con una puesta en escena muy trabajada y centrada en ‘Explode’, su álbum de 2011, hicieron sonar sus canciones más potentes, que, al menos en directo, se acercan a la grandilocuencia de Coldplay, para lo cual también tiene que ver el piano de Gonçalves. Temas como ‘RGB’ o ‘The Singles’ encuentran su punto de originalidad en la peculiar voz de Sónia Tavares, que alcanza unos graves asombrosos. Para ‘Driving You Slow’, la última canción, sacaron cohetes de confetti entre los presentes para dispararlos en el momento álgido de la canción, provocando unas imágenes preciosas.
Entre canción y canción, los miembros de Dinero nos contaban que les había costado lo suyo llegar a tocar en un escenario como el Castilla y León Es Vida, uno de los principales del Sonorama, tras haber tocado en otros menos importantes en pasadas ediciones del festival. Desde luego su ascensión ha sido meteórica, ya que en cuestión de poco tiempo han llevado su rock bailable a ser escuchado por audiencias cada vez más grandes, como la que se congregaba allí anoche. Contando con la total complicidad de propios y ajenos, hicieron buena muestra de su compacto directo, con temas de ‘Año Perro’ (2012) como ‘Lo Mismo’ o de su debut, como ‘Trastorno Bipolar’ o ‘Vaya Panorama’, a la cual cambiaron el título por ‘Vaya Sonorama’, ejemplificando así el éxito de su actuación.
Tras lo vivido en el Ribera del Duero, se puede constatar que Corizonas han llegado a las grandes ligas de la escena nacional. Un llenazo confirmaba todo esto y los chicos de Los Coronas y Arizona Baby correspondieron con una soberbia actuación protagonizada por los temas de ‘The News Today’, como ‘Hey Hey Hey’, ‘Run To The Woods’ o ‘I Wanna Believe’. Javier Vielba es un frontman de primera y tuvo al público a su merced, pidiendo (y logrando en todo momento) coros y palmas cada vez que un tema lo pedía, lamentándose de no haber contado con todos los presentes en el estudio para haberlos grabado. A destacar también las versiones que interpretaron, con el regusto country que aportaron a la gran ‘Wish You Were Here’ de Pink Floyd, o las proyecciones con las que contaron; complemento perfecto a su show.
Los noruegos Kakkmaddafakka (o la encarnación musical de una eterna juerga de despedida de soltero) tienen al público español entre sus fans más fieles y la liaron nuevamente en Aranda de Duero, tras su exitoso paso por otros festivales como el Low Cost. Tropicalismo, reggae y demás ritmos calentitos, acompañados de su divertida presencia, fue todo lo que necesitaron los que allí estaban para volverse locos. Al parecer han vuelto al estudio para dar continuación a ‘Hest’ (2011), pero mientras tanto ofrecieron canciones como ‘Your Girl’ o ‘Heidelberg’, garantía de fiesta.
Huelga decir que los protagonistas absolutos de la segunda jornada del Sonorama fueron Love Of Lesbian pero, para quien dudara de esto, no había más que ver los numerosos fans con camisetas de ‘John Boy’ rondando por los stands o apostados en la primera fila del escenario principal horas antes del comienzo de su concierto. Para cuando Santi Balmes y compañía salieron a escena, no cabía un alma en torno al Ribera del Duero y había que irse bien lejos para no agobiarse con tanta muchedumbre. Recalcaba el cantante que al ser un festival, no contaban (como es obvio) con todo el tiempo que quisieran para su set, así que fueron al grano con lo mejor de ‘La Noche Eterna. Los Días No Vividos’ y ’1999′. Confluyeron ‘Wio, Antenas Y Pijamas’, ‘Nadie Por Las Calles’, ‘La Noche Eterna’ o ‘Si Tú Me Dices Ben, Yo Digo Affleck’ con ‘Las Malas Lenguas’, ‘Club de Fans de John Boy’ o ‘Allí Donde Solíamos Gritar’, que empezó muy tranquila para acabar con una coda apoteósica. No se quisieron olvidar de discos anteriores y rescataron ‘Me Amo’ para deleite de muchos. Si juntamos los términos “banda indie nacional” y “éxito total” nos pueden salir unas cuantas acepciones y sin duda los catalanes son una de ellas. Entre el público solo se podía ver manos en el aire, saltos, coros, gritos de emoción, alentados por Balmes y su gracejo natural para dirigirse al respetable. Todo un reto para los próximos cabezas de cartel. Habrá que ver si consiguen superar esto.
La Casa Azul, galáctico proyecto de Guille Milkyway, apareció a las 2 y pocos minutos de la madrugada en el escenario acompañado de Álvaro y Gregorio (50% junto al propio Guille del mítico sello Annika) dos músicos con estética robot que amplían la excelente puesta en escena de La Casa Azul: proyecciones audiovisuales con aire retrofuturista, cada canción detallada con un cuidado y elegancia como muy pocas veces se ve. Magia incorporada que hacen disfrutar aún más si cabe y consiguen que las canciones lleguen al espectador por doble vía: auditiva y visual. Empezó con su hit ‘Los chicos hoy saltarán a la pista’ incluido en su último álbum ‘La Polinesia Meridional’, en el que centró casi todo el show, con canciones de éste como ‘La Fiesta Universal’, ‘Terry, Peter y yo’ o ‘Sálvese quien pueda’, con un final lleno de estrellas y coreado por todo el público en comunión. Rescató algunos hits de sus discos anteriores, como ‘Chicle Cosmos’, ‘Súperguay’ ó ‘Como un fan’, que sonó en versión solista con Guille al piano. Una delicia para los fans de toda vida. ‘La Revolución Sexual’ sirvió para despedirse de un público entregadísimo. Una vez más, La Casa Azul nos transportó a todos a un nuevo mundo mágico en el que los problemas se ven de forma esperanzadora y se bailan tanto las tristezas como las alegrías. quietmansmiling y Santiespop.
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