Lo que más me ha sorprendido al ver el vídeo de la dimisión de Camps ha sido esa sonrisita permanente y perdonavidas del que abandona el barco nada convencido y como haciéndonos un favor al resto. Fue tan poco seria, y a la vez empalagosa, su actuación ante los medios elegidos, que me ha dejado más que claro que este no es un tipo de fiar. El PP más forofo se ha quedado a cuadros, aunque lo disimula. El más inteligente, ya duerme tranquilo.