Mientras el presidente de la Generalitat, José Montilla, se encuentra en China buscando atraer inversores a su comunidad, y Zapatero hace lo propio en Japón, en Cataluña algunas multinacionales deciden abandonar nuestro país. Es el caso de la japonesa Sony que está cerrando estos días un proyecto para traspasar su única fábrica en España (Viladecavalls, Barcelona) y abandonar la producción en la piel de toro después de 43 años.
La opción escogida por los máximos directivos de Sony en España, encabezados por Pedro Navarrete, después de no haber conseguido rentabilizar unas modernas y automatizadas instalaciones donde trabajan más de mil personas fabricando televisores LCD (1,5 millones el pasado año), pasa por ceder a coste cero la factoría a los grupos empresariales catalanes Ficosa (automoción) y Comsa-Emte (construcción y servicios). Hay que decir que el plan debe ser aprobado por la central de la multinacional en Tokio.
Si se llega a cerrar, el acuerdo prevé la reconversión de esta fábrica hoy en día destinada a electrónica de consumo, -de hecho, la más importante que hay en España en este segmento de negocio-, hacia una unidad especializada en electrónica del automóvil, un proceso que será transitorio durante los dos próximos años, período durante el cual se combinarían ambas producciones en diferente proporción. Sony se comprometería a adquirir la producción de televisores en dicho período.
En los terrenos de Sony aparte de la planta productiva también se ubica un centro de ingeniería que será compartido por los dos adquirentes: Ficosa, propiedad de las familias Pujol y Tarragó, y Comsa-Emte, de las familias Miarnau y Sumarroca. Ambas tienen intereses además en el sector aeroespacial, y está previsto que dedica una parte de sus actividades a demandas de Sony.
Esta medida ya se veía venir. En la presentación de resultados Navarrete comentó que la planta española suponía todo un lujo para Tokio. Y en los últimos años la empresa habñia negociado con el comité de empresa diversos ajustes de salarios, plantillas y horarios para afrontar la crisis. Ahora los sindicatos reclaman conocer en su totalidad el plan de futuro antes de otorgarle su apoyo.
Después de esta operación, la única fábrica que continuará con la producción de electrónica de consumo en Cataluña es Sharp. Pero Sony no es la única que abandona. La multinacional SAS Automotive cerró ayer su centro de producción, ubicado dentro del complejo industrial de Seat en Martorell, dejando en la calle 124 trabajadores.
Revista Economía
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