Revista Cultura y Ocio
'Sophie en los cielos de París', de Katherine Rundell
Publicado el 20 agosto 2017 por Cristina @miss_xerinolaSophie en los cielos de París IKatherine Rundell I Libro únicoSalamandra I Mayo 2017 I 224 páginasGoodreads I Extras
Puntuación: ★★★☆☆
Tras hundirse un barco en el Canal de la Mancha, una niña de apenas un año aparece flotando en un estuche de violonchelo y es rescatada por un erudito y aventurero londinense llamado Charles Maxim. De esta forma tan extraordinaria comienza la conmovedora historia de Sophie y Charles, quien, una vez constatada la desaparición de la madre de la niña, se convierte en su tutor legal.
Sin embargo, con el paso del tiempo, se apodera de Sophie la idea de que su madre sobrevivió al naufragio, y aunque Charles le advierte que eso es casi imposible, para ella el «casi» significa que existe «alguna» posibilidad, y ésta, por remota que sea, jamás debe descartarse.
Así pues, a pesar de que la única pista que tienen es una dirección parisina grabada en el estuche del chelo, Charles, que lo daría todo por verla feliz, accede a acompañarla a París para iniciar la incierta búsqueda. Allí, en una noche mágica, Sophie conoce a Matteo y sus amigos, unos jóvenes vagabundos que recorren la ciudad por los tejados y que enseguida se prestan a ayudarla para que su sueño se haga realidad.
No es ningún secreto que mi género preferido por antonomasia es el de la ciencia ficción si bien me gusta mucho toparme, de tanto en tanto, con alguna novela que haga volar mi imaginación y limpiar un poco mi mente lectora. Al leer la sinopsis de esta novela de Katherine Rundell, enseguida me imaginé a mí misma escalando los tejados de París, y aunque como aventura parisina no ha estado mal, tampoco ha sido santo de mi devoción.
De entrada, Sophie en los cielos de París se nos presenta como un relato tremendamente fantasioso, donde Sophie aparece en medio del Canal de la Mancha dentro de la funda de un chelo, única pertenencia que posee de sus padres. Durante los primeros episodios, asistimos a un disparate de capítulos que se suceden uno tras otro donde Sophie es criada por un tutor de lo más despistado, y entre pantalones de hombre, arañas, clases esporádicas y libros reconvertidos en cubiertos, Sophie crece en su propio mundo de ensoñación. Todo parece apuntar a que Rundell posee aquí una imaginación desternillante y hace perder al lector con la más inusual de las fantasías londinenses, donde Sophie, mas que madurar, gesta un sinfín de sueños e ideas sobre su desaparecida madre en su pueril cabeza, y las deja crecer, siempre espoleada por su tutor, quien no le pone barreras. Mientras aún nos estamos situando en una historia que no tiene ni pies ni cabeza, Sophie decide viajar a París para dar con su progenitora, de quien solo conserva una funda maltrecha de chelo, Es aquí donde empieza la segunda parte de la novela, más alocada y fantástica que la anterior, donde nuestra muchacha conoce a los conocidos tejabundos, chavales huérfanos que viven y se pasean por los tejados de París. Con ellos, seguirá con su búsqueda, guiándose por los sonidos de estos particulares rascacielos parisinos.Desde luego, Sophie en los cielos de París no es lo que esperaba. Es tremendamente fantasioso, incluso demasiado para mi gusto, pues aunque está claro que crea un relato repleto de aventuras y acción para que el lector joven se quede prendado de sus palabras, me ha alarmado que no hubiera ninguna lógica entre esta magia literaria. Sophie es una protagonista muy alocada y poco consecuente con sus actos, no teme al peligro pero tampoco tiene en cuenta las normas, y llega a convivir con los tejabundos en unas condiciones un tanto insalubres para la mente de un lector que se está formando. La tremenda imaginación de Rundell, con niños huyendo de policías por los tejados o la alocada búsqueda de una madre, contrata terriblemente con la hambruna que se vive -y describe- en los callejones de París, e incluso la propia situación de Sophie, quien es reclamada por los servicios sociales. Aunque no puedo negar que en algunos pasajes ha sido más que divertidos leer sobre las peripecias de la muchacha para conseguir un final feliz con su madre, pues Rundell sabe imprimir un buen ritmo al relato con las dosis justas para seguir avanzando sin que se haga pesado o monótono, durante la mayoría del relato me ha desconcertado que la autora no buscara un hilo conductor más realista para tanta ensoñación o aventura infantil. Desde luego, no lo recomendaría a todos los lectores jóvenes por su tremendo contraste entre fantasía y realidad, y que incluso estas dos se difumen por completo y ya no sepas qué estás leyendo realmente.
Sophie en los cielos de París está bien para ese lector joven que sepa descifrar lo que está leyendo. Es muy fantasioso y tiene altas dosis de aventura, consigue atraparte con una protagonista muy vivaracha y despierta, con una férrea determinación a tener una madre que impulsa el relato con un ritmo muy ameno y adictivo. No obstante, no acabo de verla educativa para alguien que esté iniciándose en la literatura por mostrar escenas poco correctas o lógicas.
Con la colaboración de Boolino