Este gobierno otra cosa no, pero motivos para el desconcierto nos está dando a borbotones.
Resulta que ahora como parada que soy, me pueden reclutar para limpiar montes quemados ó desescombrar después de los terremotos.
A ver, que no me aclaro.
Vivo en el campo a cien metros del monte. Monte que está hecho una cochambre absoluta desde hace ya varios años.
Sucio, dejado, sin limpiar y sin las labores necesarias hechas. Los viejos del lugar todo el rato diciendo que el día que se arme un incendio nos vamos a enterar porque el monte no se puede tener así. Que eso es como tener una cocina llena de grasa por los cuatro costados. El día que salta una chispa arde como la yesca.
Los municipios diciendo que no hay un duro y que es imposible hacer lo que hay que hacer. Pero resulta que si la divina providencia aliada con una panda de descerebrados pirómanos, se dedican a prenderle fuego a media España, ¡CLIC! El árbol del dinero público empieza a generar billetes de 50 euros para llevarme la contraria como madre, al manido: ¿Pero niño, tú te crees que el dinero crece en los árboles?
Soraya, ¡No entiendo nada!
¿No hubiera sido mejor llevarnos a los cinco millones de parados azadón en mano a limpiar toda la península en primavera?
¡La hubiéramos dejado como los chorros del oro! Los montes limpitos, podaditos, como un vergel, oiga, las cunetas libres de rastrojos y otras malas hierbas y las playas dignas de dos, no de una, de dos banderas azules.
Con un poco de suerte, los malditos pirómanos estarían también parados y les habría tocado hincar el lomo a golpe de azadón y a lo mejor habían descargado adrenalina y se le hubieran quitado los malos pensamientos. Que ya se sabe que la ociosidad es la madre de todos los vicios.
No puedo entender cómo pueden surgir recursos económicos como si fueran setas. Por un lado estamos arruinados, los municipios no tienen un chavo, hay que recortar de todas las partidas, incluso de aquellas que pueden suponer un verdadero peligro en algunos municipios, pero resulta que si le prendemos fuego al monte, nace dinero.
Luego escuchas cosas como, “ufff como no renueven los contratos, no sé yo ehhh” y estas convencida de que son leyendas urbanas, que ya se sabe que en los pueblos hay mucho chismoso aburrido y mucho que disfruta malmetiendo, pero vistos los resultados, acabas pensando “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
-¿Y cuando dices que te van a llamar?
-¡A mí que me van a llamar! Aquí dice que tienes que tener “aptitudes físicas y profesionales para ello”.
-Pues ya está, ahora desde que vas al gimnasio, estás hecha una atleta y como tienes jardín, tienes práctica. Te veo por esos montes de Dios quitando rastrojos como una descosida. Pero te está bien empleado, por no haberme querido ayudar en todo el verano a limpiar el jardín.
-Tú sigue por ese camino, que te meto una demanda de divorcio que te enciendo el pelo.
-¿A que le prendo fuego al jardín y te toca limpiarlo?, lista.
¿Ves Soraya, lo que se consigue con este tipo de mensajes?