Hay muchas. Esto es así. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez con una madre petarda?
Estas madres no son conscientes de que el resto no pretendemos competir a través de nuestros hijos por quién dice más palabras o quién empezó a andar antes…etc. simplemente pretendemos sobrevivir a la maternidad y disfrutarla, pero eso ya si se puede.
He de decir que estas mamás ya eran petardas antes, pero al convertirse en madres se vuelven aún más insoportables, si cabe.
En un principio, pensaba que era porque era primeriza y tenía un bebé recién nacido. Toda persona, especialmente otras madres, opinaban sin que les hubiese preguntado sobre cualquier cosa relacionada con el bebé. Pero según va creciendo el tema se va complicando, ya que hay más temas relacionados cuanto mayor se hacen.
¿Cómo reconocer a una madre petarda?
Es pura fachada. Es aquella madre que te va a hacer sentir mal al contarte su experiencia sobre la maternidad y nada se corresponderá con la tuya. La suya es divina, sin ningún problema, todo perfecto y se asombra de que haya alguien que no piense así. En definitiva, todo una farsa, pero es la imagen que vende.
Prácticamente sólo sabe hablar de bebés o niños, más concretamente de los suyos, de lo maravillosos que son. No para de compararlos con los demás y, por supuesto, los suyos son los primeros en todo (qué más dará: en general todos con 6 años tienen dientes, hablan y andan). Esta madre ha perdido toda su identidad como persona y consigue saturarte en un corto plazo de conversación con ella hasta el punto que al final prefieres lidiar en casa con tu hij@, aunque sea sola, a bajar al parque y poder encontrártela.
Sabe de cualquier tema (de niños). Es como los cuñados. Da igual que hables de alimentación, alergias, hábitos, ropa o juguetes, ella tiene siempre anécdotas mejores que las tuyas y que por supuesto te contará sí o sí y no se te ocurra contradecirla… no hay peor enemigo que una madre petarda (estoy convencida que estas madres son las que con el tiempo se convierten en las suegras de toda la vida, vamos, las de la escoba).
No para de quejarse. Aunque sea un contrasentido con la felicidad increíble que las rodea constantemente y de la que presumen. Tiene hijos y tú también, pero ella siempre irá de víctima. Se ahoga en un vaso de agua con tonterías mientras tú intentas mantener una sonrisa tras días sin prácticamente dormir y dolor de cabeza por soportar tantos berrinches y rabietas. Aparenta que se encarga de todo porque es la mejor madre del mundo mundial pero luego realmente no abarca ni la mitad.
No deja su papel de madre en ninguna situación. Le encanta ser la madre y ejerce como tal sin pensar en que únicamente es madre de sus hijos. El resto no estamos obligados a hacerle caso por muchos consejos que nos dé. Da igual que esté en el trabajo, en una comida entre amigas, ella es la voz cantante y considera que debe serlo porque sí.