Siempre sospechó que su padre, militar retirado, había sido un represor. Siempre sospechó de un dicho de su madre: “los ojos verdes los heredaste de tu bisabuelo paterno”. Hasta que alguien le dijo que su padre había integrado un grupo de tareas. No lo pudo creer. Entonces, decidió terminar con las sospechas y comenzar con las certezas. Exigió una prueba de ADN para cada uno de ellos. A regañadientes, insultándolo, su padre accedió. Expectante, se enteró de los resultados: 99’99% de coincidencias. Indignado, se enteró de que sus padres eran sus verdaderos padres.
(Rubén F. Cabrera)