Quien me haya seguido un poco la pista sabe que Cuenca, para mí, es un lugar hostil (yermo, estéril, la cruz de Cuenca, Cuenca es una mierda, odio Cuenca, muero en Cuenca, no puedo más con Cuenca, pero qué puta mierda de sitio es este… Y demás frases mantra que me han acompañado día sí y día también en mi periplo conquense)
Poco a poco, tras casi un año por tierras castellano-manchegas y tras bastantes desgracias como alegrías, me estoy reconciliando con esta ciudad que me ha dado un buen trabajo.
Uno de los motivos de ser menos intransigente con Cuenca se lo debo a Sotos (Sotorribas)
Los datos básicos sobre Sotorribas nos lo sabemos todos. O al menos yo por mi trabajo me los tengo que saber, ja, ja, ja. Es un municipio conquense de unos 800 habitantes, compuesto por seis pedanías: Collados, Pajares, Ribagorda, Ribatajadilla, Sotos (la capital del municipio), Torrecilla, Villaseca y un EATIM (Entidad de Ámbito Territorial Inferior al Municipio), Ribatajada.
El Covacho, en el Cerro San CristóbalAdemás de que su aeródromo le da mucha salsilla a su capital, Sotos, a mí me ha traído mucha paz con mi perrita. Si nos vamos unos cuantos siglos para atrás, son los castellanos viejos quienes repueblan esta zona tras la Reconquista. Respecto al nombre que le asignan, se comenta que es porque en los montes de alrededor hay un “sotobosque de arbustos, matorrales, aliagas, algún enebro y algunas zonas pequeñas de pinos”.
Molino hidráulico al que siempre me quedo mirando. Al atardecer se pone muy guapoEn el siglo XIII se construye la iglesia que hoy vemos en la Plaza, la Iglesia de la Asunción. Allí tuve la oportunidad de que me bendijeran a la Kira en el día de San Antón, patrón de los animales. Vestí a la Kira de domingo y para allá que nos fuimos al mejunje.
Una de las cosas que más me gusta es pasear por sus caminos, todos me valen. Los que van a Mariana, los del Cerro de San Cristóbal, los del Río Mayor… Y el otro día descubrí una zona que me gustó mucho, la de la parte del cementerio, lo que pasa que no tengo foto porque la luz no me pilla bien.
El vértice geodésico de Losares, en el Cerro San CristóbalEntre mis descubrimientos recientes, pensaba que Castilla-La Mancha se dividía en Alcarria, Serranía y Manchuela. Datos que supe una vez que llegué a aquí, porque antes, ni papa. He de decir que ellos tampoco saben que Asturias la pensamos en Oriente, Centro y Occidente. ¡Jum! Ja, ja, Ja. Bueno, al grano. Pues yo ahora no vivo en ninguna de esas tres partes en que se divide la comunidad autónoma. Sotos pertenece a la comarca de El Campichuelo, que viene a ser la zona de transición entre la Alcarria y la Serranía.
Tengo la suerte de tener a la mejor anfitriona, a Estela, que ha hecho todo lo que ha estado en su mano para que me sienta bien a gusto en su feudo, ja, ja, ja. Además, dentro de todo lo que ha hecho por integrarme, me ha descubierto una tradición muy bonita.
Una tradición típica en buena parte de España (y también del extranjero, por lo que he estado mirando) son los mayos, cuyos orígenes son ancestrales. Los de Cuenca datan, nada más y nada menos, que de comienzos del siglo XV.
El 30 de abril fue la primera vez que supe de esta costumbre popular y folclórica en que se “canta” o “elige” un mayo. Ello se hace para festejar la llegada de la primavera y, de paso, los muy pillines lo utilizan como pretexto para cortejar, pues los mayos rondaban a las mayas. La primavera, que ya sabemos, la sangre altera…
Los mozos iban a cantar su mayo a la ventana de la moza soltera que les hiciera tilín y, aunque no pude vivirlo en persona debido a la crisis sanitaria que estamos padeciendo, me pasaron un vídeo de cómo mantuvieron la tradición en Sotos, cantando a las diez de la noche entre los vecinos del barrio.
El mayo que os dejo unas líneas más abajo se titula “Mayo de las mozas” y, en su final, dice Quédate con Dios,/que con Dios nos vamos/hasta el día tres,/que es la Cruz de Mayo. Por eso he elegido el día de hoy, 3 de mayo de 2020, para escribir sobre una de las tradiciones de mi país que estoy descubriendo.
“Mayo de las mozas”
Estamos a 30
del abril cumplido.
Alegraros mozas
que mayo ha venido.
Ha venido mayo,
bienvenido sea,
que con su venida
los campos se alegran.
Ha venido mayo
por esas cañadas
repartiendo flores
rojas y encarnadas.
Encarnadas rosas,
Flor de primavera.
Los que han de cantar
su licencia esperan.
Esperando estamos,
luz de la mañana.
Con el cielo abierto
y el sol en tu cara.
Cara pinta hermosa
números de aceles.
Para dibujarlos
no traigo pinceles.
Pinceles con plumas,
una me has de dar
de tus alas bellas,
águila imperial.
Águila imperial,
tu sueño reposa.
Despierta si duermes
y oirás tu copla.
Señorita __________,
si es de buen agrado,
a mi amigo ________
recibes por mayo.
Si no estás contenta
con el mayo echado,
coges una cuerda
y te vas al prado,
y allí comes hierba
como un gran caballo.
Quédate con Dios,
que con Dios nos vamos
hasta el día tres,
que es la Cruz de Mayo.