El mismo viernes que teníamos cita en el Casino para presentar los últimos libros, volvimos al Cerrato, deteniéndonos primero en Soto, cuyo origen podría estar condicionado al retiro vacacional de la curia eclesiástica. Curioso el escudo del pueblo en el suelo, frente al templo de Santa María.
En Villamuriel están de fiesta. Damos un buen paseo por el pueblo mientras suenan las charangas. Me impresiona su iglesia, inspirada -dicen- en la del Villalcázar de Sirga. Me impresiona, sobremanera, el románico que exhibe en la puerta norte. Merece la pena también detenerse a contemplar su puente de 11 ojos, cuyas primeras referencias se remontan al siglo XIV.
El almuerzo lo hacemos en la bodega del Canal, un restaurante de comida tradicional castellana. Te invita a entrar la decoración del edificio que data de 1880, mandado levantar por Don Narciso Rodríguez Lagunilla, marino, empresario y político. Narciso creo el primer vivero de vides americanas en la comarca y propició el auge de la viticultura. Fue Presidente de la Diputación, diputado a Cortes, comisionado para el enlace ferroviario de Palencia con Medina de Rioseco (1893), presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País (1897-1898), senador del reino (1898). No he visto ningún cartel donde se haga referencia a su impulsor ni a Alipio Morate, el maestro albañil que hizo las obras. Pero bien merece una visita.
Muy cerca también de la capital se encuentra Villaviudas, localidad que abre el recorrido turístico el sábado por la mañana. La tradición popular asegura que su nombre surge como consecuencia de una gran batalla en la que murieron muchos hombres de la villa, dejando a un gran número de mujeres viudas.
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino