By Isley Juan
Creo que está bien recordarlos ahora que el crossover y la integración perdieron el prestigio de otros tiempos. Ahora que revisiones sobre la música soul como la de la BBC son capaces de reducir los ochentas a un paisaje de Mary J. Bliges sin Princes, donde todo tiene que estar en barrios diferenciados y más vale no mezclarse.
Llevemos un poco la contra y evoquemos a Earth, Wind & Fire, una de las grandes bandas de la música negra, antes de que volviera a ser sólo ritmo con la aparición del hip hop.
Odiados por gente cool como George Clinton, que legendariamente supo describirlos como Earth, Wind and No Fire, y amados por mucha gente que está lejos de ser denominada así (Phil Collins y Jorge Porcel usando una de sus canciones como cortina de su programa, son los primeros que me vienen a la mente), los EW&F anticiparon el sonido que después haría millonario al menor de los Jackson Brothers. Cómo él, podían mezclar el groove y la melodía. Y sin volverse blancos.
De todos sus discos, hay uno que se destaca sobre los otros por su representatividad y porque cierra la década y su mejor período: I am, de 1979. Tiene todo lo que les identifica: funk, soul, pop y también disco, un género que contra lo que se cree, primero evitaron, y después ejecutaron con maestría. Todo interpretado con magníficos arreglos de vientos y voces, y alternando las voces principales de Philip Bailey y de Maurice White, el alma mater, dueño, principal compositor y productor de la banda. La formación es la ideal: están los tres hermanos White, el mencionado Maurice, el histriónico Verdine en bajo y Fred en batería; Larry Dunn en teclados y Andy McKay en guitarra, y, por último, los Phoenix Horns, la famosa sección de vientos que tenía a Don Myrick en saxo, Louis "Lui Lui" Satterfield en trombón, y Rahmlee Michael Davis y Michael Harris en trompetas.
Trae, además, tres canciones bien asociables a la banda de Chicago. In the Stone y su magnífico groove de guitarra y bajo, previa introducción de bronces; la balada After The Love Has Gone, poseedora de la clase de sentimentalismo que solo toleramos en ellos y Stevie Wonder ; y Boogie Wonderland, su hit disco. Y tendría que haber estado también, porque fue parte de la grabación, September que fue a parar como pista bonus a su primer disco de grandes éxitos. De las otras, Star y Can’t Let go son un par de temas funkys limpios y contagiosos, bien a su estilo.
BonusParticularmente, tuve oportunidad de ver a los E, W & F en el Luna Park de Buenos Aires, cuando vinieron en el 79 o el 80. Yo era un pibito en los primeros años de un aula de secundario cuyos varones se dividían entre "chetos" –que iban a los boliches- y "rockeros" - que íbamos a recitales-: a ver a EWF fuimos unos y otros.
Y todavía recuerdo a pesar de que pasó el tiempo, el incesante movimiento en el escenario, sus ropas de colores, a Verdine White tocando suspendido en el aire (¡en el medio del show montaban un acto de prestidigitación!) y que salimos todos contentos.