Otra gema perdida del gran Marvin.
Es probable que algunos melómanos de ley conozcan la historia.
Desde sus inicios como "Príncipe de Motown", Marvin Gaye tuvo el sueño de hacer un álbum enteramente dedicado a las baladas, al estilo de sus ídolos Sinatra o Nat King Cole. Pero sus hits tempranos en el sello de Berry Gordy ("Pride and joy", "Can I get a witness", "Ain´t that peculiar") lo llevaron por la senda del pop y el R&B y tuvo que postergar su anhelo.
Así y todo, en 1967 Marvin convocó al arreglador Bobby Scott para que orquestara alguna de esas baladas. Scott cuenta que Marvin le hablaba de esas canciones "como si de ellas dependiera su vida". Las sesiones iniciales tuvieron lugar en enero de aquel año en New York, pero ni Scott ni Gaye quedaron felices con los resultados. "Emocionalmente -contó Marvin- yo no estaba preparado para cantar esos temas. Necesitaba vivir más, sufrir más".
1968 encontró lo encontró subido al éxito de "I heard it through the grapevine" y el proyecto quedó archivado. Luego vino el salto cualitativo de "What´s going on", sus tormentosa vida sentimental -disco "de divorcio" ("Here my dear", su otra gema oculta por años) incluido- hasta que en 1977, diez años después, decidió retomar aquel viejo sueño.
Cuando David Ritz (tal vez el mejor biógrafo de Marvin: escribió el insoslayable "Divided soul: the life or Marvin Gaye" y co-escribió la letra de "Sexual healing") lo escuchó volver a interpretar aquellas canciones sólo al piano, no lo podía creer. Marvin las había estudiado al detalle durante diez largos años. De vuelta al estudio, superpuso su voz en varias capas, un rasgo de estilo a esa altura habitual en él.
Ahora, el dolor de las canciones era el propio, fruto de una vida transitada entre el exceso, la culpa y la auto expiación. Estaba listo para grabarlas.
Con idas y vueltas- acusaciones cruzadas con Gordy mediante- aquel viejo sueño recién vio la luz como álbum muchos años más tarde y de forma póstuma. Gracias a un par de ejecutivos de Motown, las tomas que Marvin había hecho en distintas etapas fueron salvadas y editadas. Como resultado, en abril de 1997 el sello editó "Vulnerable". Un disco-primo lejano (por anhelo, por compromiso existencial) de aquel "Lady in satin", de Billie Holiday.
¿Y qué versión de Marvin Gaye encontramos en "Vulnerable"? Sin lugar a dudas, la del crooner. Revestido con orquesta de cuaerdas y afelpado por un sonido clásico. Sin embargo, la estrella -como en sus grandes discos- vuelve a ser esa voz, doblada al infinito y paladeando cada palabra, cada frase.
Las canciones: standards más o menos clásicos, según los casos, del smooth jazz y el Soul. La apertura casi pastoral de "Why did I choose you", el vacío seco de Marvin apenas pronunciando esos "I love you" una, dos veces, al comienzo de "She needs me". Música de las altas esferas, para la alta trasnoche. Extática y perfecta.
Las jazzeadas "Funny (not much)" y "This will make you laugh" le dan el toque de levedad adecuado al set, que vuelve a la opacidad en "The shadow of your smile", antes del final con "I won´t cry anymore".
La última y perdida gema de Marvin Gaye. Celestial. E invulnerable.