

El local fotografía magníficamente en la película: una mínima reforma, supuestamente con pocos medios económicos, pero que permite el uso como restaurante del interior sin perder la esencia ni la atmósfera de su pasado industrial.
Y aunque el filme permite otras lecturas, yo me quedo precisamente con ésta: en muchas ocasiones, un presupuesto holgado, o claramente elevado, es el resultante de intervenciones que borran y/o destruyen los valores del edificio preexistente.
Por lo demás, qué mejor manera de pasar un rato en familia, viendo al aire libre una película de calidad rodada con humor, frescura e imaginación.
Luis Cercós (LC-Architects)
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