Una cosa que me encanta a mí decir en esta vida es "La Pasión de Mel Gibson es una película muuuuuuuuy fuerte pero vosotros estáis cegados por la luz de Dios y no os dais cuenta de que de bonito o reivindicativo no tiene nada, lo que tiene es más sangre que un matadero y unas escenas que dan un asco terrible y que demuestran que hay que estar muy loco de la cabeza para rodar eso sin vomitarse encima".
Y es que yo, que era bastante amante del gore en mis años mozos, he aguantado con mucha más entereza películas como Tu madre se ha comido a mi perro o Bad Taste pero me vi obligada a parar esta película cuando la vi por segunda vez. (La primera la vi en el cine y no había pause).
Sin embargo, La Pasión se pasó de moda muy rápidamente y hoy en día una película que no da mucho que hablar. Así que el debate de "sí es buena o no es buena" ya está más que enterrado (y no resucitado), pero yo no pierdo una oportunidad para poder decirle al mundo que "a mí me da igual si es buena y mala, lo que es, es una asquerosidad. Estoy segura de que la Virgen María no lloraba en esa película por ver sufrir a su hijo Jesús. Lloraba por los pobrecitos que tuvieran que limpiar el estudio luego".
Por eso me ha encantado saber que, el día que se estreno esta peli en Estados Unidos, South Park sacaba capítulo nuevo en formato DVD con una parodia (muy interesante) sobre la película de Mel, en la que Kyle, el judío, queda traumatizado después de ver esta película y se siente culpable por lo que los judíos le hicieron a Jesús.
Me ha parecido una parodia muy inteligente y muy acertada, por eso le he querido dedicar un artículo en mi blog, aunque sea a agua muy pasada ya. Si habéis visto la película y recordáis lo que os hizo sentir, no dejéis de ver este copón de capítulo especial de la serie South Park.