Revista Viajes
Muy cerca de Reno (Nevada) está Tahoe, entre los estados de Nevada y California. Un lugar lleno altos árboles, las montañas y su famoso lago; es perfecto para ir a esquiar en el invierno o hacer senderismo y relajarse en el verano. Hasta allá llegué como parte de mi road trip por Estados Unidos para conocer más de sus outdoors.
Luego de pasar un agradable día en Reno, visitando su muy interesante Nevada Museum of Art, y dormir y comer delicioso en Circus Circus Hotel, fui hasta South Tahoe, en California. El recorrido por carretera es de poquito más de una hora.
Esa noche dormiría en el Lake Tahoe Resort Hotel, que está en el borde entre Nevada y California, a sólo un cruce de calle de North Tahoe (Nevada). Es un muy bonito lugar para hospedarse, con habitaciones amplias y ambiente familiar. Es el típico hotel de las estaciones de sky, con vistas a las montañas, con pocos exteriores para resguardar a sus huéspedes del frío, restaurante, bar, calefacción, alberca techada… mucha comodidad. Lo mejor es que está en pleno pueblo y desde ahí es posible recorrer mucho de South Tahoe sin necesidad de usar transporte.
En las cercanías de Lake Tahoe Resort Hotel hay de todo: tiendas, restaurantes, bares, cafeterías… y a unos pasos de la estación de la góndola de Heavenly Village, que en invierno va hasta lo alto de la montaña para el mejor disfrute de la nieve.
Luego de instalarme en Lake Tahoe Resort Hotel llegué caminando hasta Van Sickle, que es el único Bi-State Park de Estados Unidos, pues se encuentra en territorio de Nevada y California, incluso puedes llegar hasta el punto dónde se marca el borde.
Luego de una caminada entrañable para descubrir que South Tahoe está colmado de frescura, fui a dar un paseo por South Lake Tahoe, en el emblemático Tahoe Queen. Esta embarcación zarpa cada día desde Emerald Bay, a diversos horarios para llevar a los visitantes a ver impresionantes paisajes que logran fundir el claro azul del agua con el fresco verde de enormes pinos y árboles, que se ven cubiertos por un claro y azul cielo.
Es una travesía muy disfrutable que dura apenas poco más de dos horas, pero lo que se alcanza a ver durante casi todo el trayecto es divino y muy inspirador. Ya lo quiero ver en invierno, el contraste debe ser tremendo.
El primer día en South Tahoe terminó de la mejor manera, con una cena en Base Camp, donde hay ricas pizazas e incomparables postres. Es un restaurante muy popular así que estaba a reventar. Y no es para menos, porque la comida es bastante buena.
Al día siguiente, luego de un desayuno bufete de campeones en Lake Tahoe Resort Hotel, fui a Taylor Creek Visitor Center, caminos curvos, áreas para la contemplación del panorama, lagos, algunas montañas a lo lejos y cuentan que ahí es posible toparse hasta con osos. Afortnitanamente ninguno se acercó.
La despedida de Sout Tahoe fue con una rico almuerzo en Beacon in Camp Rich, a la orilla de Lake Tahoe. Fue una visita corta, pero suficiente para tentarme y hacerme desear el regreso para alguna temporada de sky.
Más información en: www.tahoesouth.com