Revista Opinión

Sowell y el racismo

Publicado el 18 marzo 2015 por Cronicasbarbaras

Fuera de las principales universidades mundiales poca gente sabe que Thomas Sowell, sociólogo, antropólogo, economista y catedrático emérito en Stanford, es uno de los grandes sabios de EE.UU. 

A sus 85 años tiene publicados cientos de artículos científicos y doce libros básicos para conocer la evolución de las sociedades humanas, en especial la de su país, con su difícil relación entre las razas.  

Él ha sufrido el racismo: es negro, descendiente de esclavos, no como Obama, mulato hijo de blanca y de un aristócrata tribal africano. 

Sobre los disturbios raciales de los últimos meses en EE.UU., iniciados en agosto tras la muerte de Michael Brown, de 18 años en Ferguson, Missouri, a disparos de un policía blanco, Sowell apunta que, efectivamente, hubo un caso de racismo, pero del buenista para que Brown quedara como víctima inocente por ser negro, y como racista asesino el policía, por ser blanco. 

Tres patólogos, múltiples pruebas y el informe médico sobre las heridas del agente demostraron que este, Darren Wilson, decía la verdad: había sido atacado por Brown para robarle el arma. 

Pero lo importante para Sowell es que en los medios torcieron la información para aparecer como adalides del antirracismo, lo que provocó numerosas revueltas. 

Al convertir al delincuente en héroe, los medios informativos crean más delincuentes: es una manipulación permanente. 

La policía estadounidense dispara rápido, pero no sólo a los negros; además, hay zonas con porcentajes elevados de negros en las que ellos son delincuentes y víctimas. 

Sin embargo, el 67 por ciento de la población de Ferguson es negra, y los detenidos, multados o condenados son sólo el 50 por ciento. 

Las raíces de las crisis raciales son sobre todo culturales, dice Sowell, pero eso es para otra crónica sobre el magma del gueto cultivado por tantos líderes raciales que viven de explotar los complejos de quienes, en lugar de luchar por su propia dignidad, sólo esperan las ayudas públicas para vivir sin trabajar: ¿nos recuerda esto a alguien en España?

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SALAS

Tira Salas 5042


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