Revista En Femenino

Soy invisible para las empresas

Por Hijosmanual @hijosmanualdee1

Soy invisible para las empresas


Este post se sale de la temática habitual de mi blog, pero necesito que se me escuche, y este es mi altavoz, o por lo menos el lugar desde donde llego a más gente.

¿Cuándo comencé a ser invisible para las empresas?

Yo siempre he sido una persona interesante para las empresas.

Siempre que comenzaba a echar currículums, para mejorar mi puesto en ese momento, obtenía respuesta en forma de entrevistas.

Aunque en la mayoría de los casos no acabara de manera satisfactoria, porque dejar un puesto para ocupar otro en condiciones similares o incluso peores, no era lo que yo buscaba.

Esto ocurría en un tiempo no tan lejano, entre los 21 y 35 años, cuando comencé a trabajar, y período en donde he tenido varios cambios de puesto, siempre para mejorar profesionalmente.

Y por supuesto, siempre en contínuo reciclaje formativo.


Llamémosle mala suerte, tomar malas decisiones, crisis, etc.

La cuestión es que a día de hoy con 41 años, estoy en una situación laboral muy precaria, ya que trabajo apenas 3,5 h al día, y un sueldo rozando el mínimo interprofesional, respecto a las horas que trabajo.


Y por supuesto, llevo años buscando cambiarlo, sin éxito, porque me he vuelto "invisible para las empresas".

Me he seguido formando y no sólo en el ámbito de la educación que es mi formación superior, sino en otros ámbitos como la administración y la sanidad, que en teoría tenían una mayor demanda de trabajadores.

He hecho voluntariados, que también me han aportado una nueva formación y experiencia en otras disciplinas como la sanitaria y las nuevas tecnologías.

He cambiado la forma de llamar la atención de las empresas a través de currículums y cartas de presentación muy trabajados, que no pasaran desapercibidos, incluyendo el videocurrículum.

Tengo este blog, mis RRSS, donde doy mucha información de cómo soy yo.

¿Cuál ha sido el resultado?

Algún que otro trabajo temporal, también de pocas horas, que me quitaba la soga del cuello para llegar a fin de mes.


Alguna que otra entrevista de lo más irracional, con un entrevistador con aires de superioridad, que no hacía más que cuestionarme desde el más anclado de los machismos.

En medio de ésto, decidimos ser padres, lo cual hizo que la cosa empeorara.

Las madres de hijos pequeños no interesan a las empresas, cuando entiendo, quizás la no razonable sea yo, que la cuestión de tener hijos y sus edades no debería ser algo que se aborde en las entrevistas, ya que es algo de tu vida personal, que no tiene nada que ver con tu desempeño laboral y tu profesionalidad.

Creo que no soy Susana de 41 años, mujer y madre de dos hijos.

Soy Susana, con la formación y la experiencia que figura en mi currículum, y con una cantidad de aptitudes y actitudes, que no pueden valorar las empresas porque ni siquiera se molestan en que se las enseñe, porque han prejuzgado que no les sirvo.

Como yo me organice en casa, no es cuestión del empresario, mientras yo cumpla de manera diligente, responsable y eficaz con mi trabajo.

Pero no solo la maternidad va en mi contra, también la edad.


Supongo que cuando cumplí 36 años dejé de ser joven, porque fue en el momento en el que dejé de recibir propuestas de entrevistas.

Además, hay multitud de ofertas donde mi perfil es el ideal, pero me encuentro la barrera de la edad, bien porque quieren gente para contratar como formación, bien porque parece que a cierta edad dejamos de ser productivos.

Da igual la experiencia y el rodaje que les aportes, a veces sino en la mayoría de los casos, prefieren a gente que necesita adquirir experiencia, para así ahorrar a la empresa unos euros en las nóminas, con contratos de formación, becario o con categorías más bajas de las que les correspondería.

Otro factor que va en mi contra, es el "enchufismo", práctica habitual en muchas empresas, y como sabemos en la actualidad incluso en las públicas.

No soy persona que pida favores, y tonta de mí, me gusta que me contraten porque mi perfil sea el más idóneo para el puesto a ocupar. Porque creo que si esto es así, haré mejor mi trabajo, ya que estaré formada y tendré experiencia para ello.

Otra vez creo que soy bastante ilusa. Parece que ser amigo de, familia de, es un criterio de bastante fuerza para que te contraten.

Una razón más, por la que soy invisible para las empresas, porque no soy "enchufe de" y aunque pudiera serlo, no sé jugar bien esas cartas.


No me gusta ser invisible para las empresas, ya que soy una persona trabajadora, a la que siempre han felicitado en todos los puestos que he ocupado, por mi eficacia y mi buen hacer.

Pero por circunstancias de la vida o como dije antes, por malas decisiones que tomé en algunos momentos, me encuentro en esta situación laboral.

Y con pocas esperanzas, aunque sigo en la lucha, de cambiarla, ya que se me acaban las opciones, e incluso pierdo las fuerzas de seguir haciendo cosas para llamar la atención de las empresas.

Esta opción de escribir en mi blog, ni siquiera la contemplaba, ya que parece más bien un grito desesperado.


Pero a fin de cuentas, parece que ha llegado un momento, donde quizás eso es lo que necesito, lanzar un grito desesperado para que se me escuche.

Por eso, te escribo a tí empresari@ que buscas nuevos talentos en tu empresa, que primas el trabajo y el buen hacer, porque a fin de cuentas, las empresas crecen, por el trabajo de la gente que la forma.

Que no categorizas a las personas por su edad, género o por cosas de su vida personal, sino que ves al profesional, y lo valoras como tal.

Tú que puedes darme una oportunidad de seguir desarrollándome como la profesional que creo que soy, y que eso nos beneficie a ambos.

Te estoy esperando para dejar de ser "invisible para las empresas".


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