Revista En Femenino

Soy madre hace 14 años

Por Felizenbrazos

Parece que fue ayer cuando me convertí en madre por primera vez y ya han pasado 14 años. 14 años de ver crecer a ese bebé pequeñito y regordete que cabía en el hueco de mi brazo y que ahora es casi más alto que yo.Feliz cumpleaños

En todo este tiempo he aprendido y vivido muchas cosas que no imaginaba antes de ser madre. La maternidad te cambia la vida, totalmente. En la inmensa mayoría de los aspectos es maravillosa, aunque la maternidad también tiene sus cosas duras.

  • Hace 14 años aprendí a amar a alguien más que a mí misma. Es cierto, cuando tienes un hijo, el amor es algo imposible de describir, a tus hijos les quieres por encima de todas las cosas, a otro nivel.
  • En estos años he aprendido que una madre puede ir por la vida con muy pocas horas de sueño. Los primero meses son agotadores, la lactancia a demanda, los despertares frecuentes, los hábitos de sueño de los bebés que nada tienen que ver con los de los adultos…Pero oye, que duermes poco y encimas tiras, con unas ojeras que te llegan hasta el suelo, claro. Recuerdo esas primeras semanas, iba a casa de mis padres varias veces a la semana a comer. O eso creían mis padres. Yo en realidad no iba por la comida, ¡iba por la cama! En cuanto Lucas terminaba de mamar, les dejaba al niño y me iba rauda y veloz a dormir hasta que mi pequeño retoño necesitase la teta de su madre otra vez.
  • Paciencia, cuando te conviertes en madre, además de un bebé ganas un plus en paciencia. Si echo la vista atrás, veo cómo me he asentado, cómo pasaba de enfadarme por muchas cosas que ahora me parecen sin sentido a tener una paciencia infinita; paciencia cuando los niños tienen rabietas sin saber por qué; paciencia para volver a cantar la misma canción por décima vez; paciencia para escuchar sus peroratas sobre algún acontecimiento importante…aunque la paciencia, como todo, se agota y ha habido muchos momentos en estos 14 años que me he quedado sin ella. Menos mal que es como un pozo sin fin, y aunque momentáneamente se haya secado, el pozo se vuelve a llenar y volvemos a empezar.
  • Regreso a la infancia. Quién me iba a decir a mí cuando tenía 26 años que me iban a importar las cosas de mi infancia…un año después llegó Lucas y de nuevo me vi recordando esas canciones que me cantaba mi abuela, jugando tirada en el suelo a hacer torres con bloques de Lego, bañándome en una bañera donde había más juguetes que agua, disfrutando de la noria, comiendo chucherías…
  • Hace 14 años el miedo y la angustia llegaron para instalarse en mi corazón y ya nunca se han ido. Tienes un hijo, el ser más adorable y al que más quieres del mundo. Y con el amor infinito, también llega el miedo a perderlo, el dolor de verlo enfermo, el sufrimiento cuando sufre. Ser madre te convierte en sufridora nata. Lucas fue un niño que de pequeño tuvo varios ingresos por bronquiolitis y neumonías. Cada vez que veía a mi pequeño con esa dificultad para respirar, con mascarilla y suero, apagado en una cama de hospital, cuando pasábamos más días en urgencias que en casa, cada vez que me decían que había que dejarle ingresado porque no mejoraba se me partía el alma. Tengo dos anécdotas con las que ahora me río, pero recuerdo lo mal que lo pasé. Una noche, Lucas tendría 7 u 8 años, estábamos jugando antes de dormir, ya en la cama, cuando sin querer se tiró hacia atrás y se dio con el pico de la mesilla de noche en la cabeza. Se hizo una herida y empezó a sangrar. Y yo, la superenfermera que se enfrenta a cosas muy feas cada día, en ese momento me volví la madre más blanda del mundo, me mareé y casi pierdo el conocimiento. Era para vernos, en el mini cuarto de baño, yo tumbada en el suelo, Lucas sangrando y Jose tapándole la herida con una mano mientras con la otra me sostenía las piernas en alto a ver si se me pasaba el mareo. La otra anécdota fue cuando vimos la película “Lo imposible”. Estábamos en casa, Lucas ya estaba dormido y llega el tsunami. Cuando a la madre la arrastra el agua con su hijo Lucas, al que pierde y trata desesperadamente de agarrar, cuando son golpeados con violencia por todas las cosas que arrastra el agua…no podía respirar, la sensación de miedo, el hecho de que el niño se llamase como hijo, el sufrimiento que estaba viendo me hicieron tener una crisis de pánico. Tuve que apagar la película e ir a tumbarme en la cama con mi hijo, que dormía plácidamente.
  • Cuando me convertí en madre pasé de pensar sólo en mí a poner a mi hijo por delante. Recuerdo cuando era pequeña y había algo rico para comer, mi madre no se lo comía por dárnoslo a nosotras. Esas cosas sólo las hace una madre (y un padre). Antepones a tus hijos a tus  necesidades. Ellos se convierten en lo primero y en lo más importante, después, si sobra, si puedes, si hay tiempo, vas tú.
  • Hace 14 años que me convertí en una leona luchadora. Como decía una casposa de esas que salen en la tele “yo por mis hijos mato” Y es así, luchas por ellos hasta tu último aliento. Como madre no permites que les hagan daño (aunque les van a hacer daño muchas veces y no podremos evitarlo y sufriremos con ellos). Como madre te sacrificas, luchas, lo haces todo por su bienestar y en su beneficio. A veces me pregunto cómo he conseguido llegar donde estoy yo sola. Porque sí, porque aquí he llegado con poca ayuda, con mi fuerza y mi tesón. Cuando Lucas tenía 6 meses su padre nos dejó, nos quedamos sin casa (menos mal que mis padres nos acogieron casi dos años), sin trabajo, sin coche, con deudas y por supuesto, él no pasaba un duro de pensión. Pero yo me busqué la vida, encontré trabajo, me compré un coche, alquilé un piso y yo sola, con un niño pequeño, lo hacía todo, lo eduqué y lo saqué adelante. Hoy puedo decir con orgullo que mi hijo es un niño maduro y responsable ¡y adolescente!, que valora todo lo que he hecho por él aunque a veces lo olvide, es un niño sensato, seguro de sí mismo, cariñoso, educado, que se preocupa por los demás. Y eso lo hemos conseguido los dos, él con su forma de ser y yo con mi lucha diaria. ¿Quién me iba a decir hace 14 años que hoy tendría dos hijos y sería single mami?
    cumpleaños

Seguro que hay muchas más cosas que cambiaron en mi vida hace 14 años, cambios grandes y cambios pequeños, pero todos para bien. No cambio mi vida de antes con la de ahora, a pesar de sus malos momentos. Tengo dos hijos maravillosos, con los que disfruto muchísimo, que me han enseñado a ser mejor persona, dos hijos que también a veces, estoy deseando que se vayan a dormir y me dejen un rato de tranquilidad, dos hijos que son mi mayor tesoro.

Lucas fue el que abrió el camino del cambio, el que llegó a mi vida hace 14 años y la transformó, el que me hizo ser madre. ¡Muchas felicidades hijo! Gracias por haberme elegido para acompañarte en este camino.


Soy madre hace 14 años
Soy madre hace 14 años
Soy madre hace 14 años


Volver a la Portada de Logo Paperblog