O, también “debe ser por la edad”....a no ser que haya algún daño orgánico, hay un anclaje en estas frases y se utilizan de excusa para dejar, sin embargo en el tintero, lo que realmente acontece. Es desde el psicoanálisis que se conoce que los actos fallidos que son, por ejemplo cuando decimos un nombre en lugar de otro, los lapsus , el olvido de nombres, perder las cosas, tener la intención de hacer algo y realizar lo contrario o algo totalmente diferente, cometer “errores”...ocurren debido a un deseo inconsciente, en conflicto con el individuo y que, digamos encuentra este camino para expresarse. El inconsciente se rige por el principio del placer, que expresa la tendencia a evitar el malestar o el displacer. Entonces, aplicado esto al sujeto psíquico y a lo que aquí se trata, detrás de la circunstancia de, por ejemplo, la pérdida de un objeto que fue regalado por una persona cercana, esconde en realidad esos sentimientos negativos causados por una disputa. Vemos entonces que nada en las personas ocurre por casualidad, siempre hay una implicación. Su importancia recae en que, aunque estos actos forman parte de todo ser humano, en ocasiones pueden desembocar en consecuencias desagradables (accidentes, pérdidas...), por lo que no deben dejarse pasar inadvertidos. El psicoanálisis viene a revelar la relación entre ese acto y la tendencia reprimida.
Laura López, psicóloga-psicoanalista