En uno de blogs que habitualmente visito, Contigo mismo, he leido este post con el que me identifico plenamente. Cuando sentimos, cuando dejamos fluir las emociones, las compartimos, cuando somos como realmente somos y así nos mostramos a los demás muchas veces se me ha etiquetado de raro, especial... Yo creo más en ser auténtico, en mostrarme como soy en vez de crear una imagen. Quien quiera estar a mi lado, acompañarme en este viaje, ya sea por más o menos tiempo, debe conocerme tal y como soy con mis alegrías, tristezas, creencias, ilusiones, anhelos... Si no me muestro como soy engaño a la persona y desde el engaño no puede haber ni amistad, ni relación, ni amor. Y este mostrarse como eres, conocerse solo pasa por compartir emociones, hablar, dialogar, estar abierto a distintos puntos de vista. Compartir emociones nos acerca a las personas que queremos porque nos quitamos las máscaras y nos mostramos desde la autenticidad, aunque a veces tengamos niedo a hacerlo o pueda haber personas que se alejen de tu lado.
Gracias Miguel por poner en palabras todo lo que siento. Hace ya un tiempo una amiga me preguntaba si era bueno que alguien te definiera como una persona “rara“. Yo, sin dilación, le contesté que no era lo mismo que le llamaran “rara“, que “especial” y que, en todo caso, dependía de quien le ponía tal calificación!. En un mundo plano, en el que día a día más reina la mediocridad y el pensamiento único, el que te llamen “raro” simplemente quiere decir que “te sales de lo normal“, que eres “especial” y, particularmente, para mí es siempre una virtud. Aunque cuando te llaman “raro” lo hacen en tono despectivo y, en cambio, cuando te llaman “especial” suele ser una adulación o que despiertas admiración!
A veces pienso sobre mi mismo que, para algunos, soy una persona realmente “especial“… al menos para esas personas también “especiales“!. También es verdad que nadie admitiría ser una persona “vulgar” o “común“, es decir como una amplia mayoría de personas!. Al ser humano le gusta sentirse siempre especial, único e irrepetible… aunque pocos tenemos el valor de serlo y demostrarlo!. Pero también pienso que no soy alguien muy distinto a los demás, porque siento lo mismo y vivo igual! Aunque, en este mundo, pensar, sentir y actuar, intentando en todo momento ser íntegro y coherente conmigo mismo, al parecer, no es algo -lamentablemente- tan común, ni “normal“. A la gente, en general, le parece extraño.
Es curioso hasta dónde hemos llegado en nuestro mundo loco, en el que ser como uno es se ha convertido en un heroísmo o una extravagancia, cuando no, en un posible engaño y te tildan de embaucador!. La verdad es que poco me importan los comentarios de la gente a mí alrededor. Hoy ya doy pocas explicaciones ante mi, al parecer, especial manera de ser y de actuar. Hace años me preocupaba por el que dirán de las personas que presuntamente me conocían. Hoy me resulta costoso e inútil explicar mi actitud ante la vida a personas que no me creerán, simplemente porque no se conocen o aceptan a ellas mismas y no se consideran a sí mismas especiales. Actúo desde dentro, el corazón, y eso me hace ser comprendido solo por personas que también actúan de igual manera!
Creo que la vida pone las cosas en su sitio, al igual que creo que cada uno de nosotros deberá dar las explicaciones a su Conciencia sobre su manera de actuar. Por eso hace ya mucho dejé de engañarme a mí mismo y a dejar de actuar según esperaban las personas que afirmaban quererme. Hoy actúo tal como realmente soy y me cuesta cada día más llevarme la contraria, aunque mi único límite es la libertad del otro a querer conocerme y aceptarme tal como soy!. Eso sé que quizás me aleja de muchas personas que no deberían importarme, me expone ante otras que aprovechan mi transparencia y vulnerabilidad para herirme, pero me permite descubrir a otras personas especiales que es un privilegio encontrármelas en mi camino!. Mi firme convicción interna guía mis pasos, no me permite dudar de lo que siento y hago… y eso me hace acercarme -e incluso amar- a personas que, como yo, van con el corazón abierto y en la mano!
Seguramente se me conoce más por mis actos, que por lo que aparento o los demás piensen de mí!. ¿Soy raro o especial?. Solo sé que si me ves raro o especial, solo depende de ti, porque yo soy el que soy, seguramente tan singular como tú y tan ordinario como todo ser realmente humano!.
Quizás ya en un mundo como el nuestro, amar, respetar, comprender, querer, compartir, ser tal cual, sentir como sientes, explicarlo sin miedo, vivir con ilusión, soñar… se ha convertido en algo raro!. Pero yo soy simplemente así y no me averguenzo por ello, como demasiados años hice en mi vida!. He tardado demasiados años en llegar hasta aquí, silenciando todo eso, temiendo mi sensibilidad y mi vulnerabilidad, siendo “normal” y distinto al que siempre he sido y, por tanto, siendo incapaz de amar de verdad!. Son muchas cosas para seguir guardando solo para mí y seguramente ya hay muchas horas de soledad hasta haber llegado hasta aquí!. Hoy no me callo, no dejo de sentir y de ser tal cual soy, a cada instante!. Pero eres libre o no de aceptarme, aunque recuerda que al final soy yo el que decido quien merece estar o no en mi vida ahora mismo, por un rato o para siempre, espero que no te sepa mal!
A veces pienso que soy un Don Quijote en un mundo de Sancho Panzas, donde todo el mundo es simplemente “normal“!. Pero no, soy una persona ordinaria que sufre y ama como tú, que se siente alegre o triste según cada momento, que ríe y llora, al que le gusta la gente y, a la vez, la soledad!. No soy más de lo que tú eres!. Pero en mi vida aprendí que, siendo una persona ordinaria, podía -y debía- intentar vivir una vida extraordinaria para ser feliz!. ¿Qué es lo que convierte una vida ordinaria en extraodinaria y que yo intento vivir cada día?. Es tan fácil como saber distinguir el amor que huye de la soledad del amor de verdad, el dar por el dar, sin nada a cambio!. Como saber y entender que la felicidad sale de dentro y nunca hay que esperar que llegue a nosotros desde fuera; o que hacer el amor con amor, cobra todo su mágico sentido; o que uno ríe mejor cuando la alegría sale del Alma porque en ella hay felicidad; o que la felicidad no es una meta, sino una actitud para vivir, cada día; o que la paz y el amor residen en nuestro interior y que son maravillosas emociones que se pueden -y se deben- compartir!
Y está claro que si no entiendes todo esto o lo intentas entender solo con la razón, me llamarás “raro” y no entenderás mis palabras, mis sentimientos, ni mis gestos de amor. Solo los entenderás si, como yo, eres especial… y los permites salir y llegar a tu corazón! Solo cuando seas capaz de vivir tu vida desde tu corazón, me entenderás y aceptarás, aunque entonces me dejarás de llamar “raro” y sabrás que soy simplemente “especial“… tanto como tú!
Y el mundo debería estar poblado de personas “especiales“, porque entre ellas solo puede haber amor, que no es más que la mútua entrega! Paradójicamente, la “normalidad” -no ser lo que tú eres y sientes, a cada momento- nos separa y nos aísla!.
Sé especial siempre, no temas la soledad que a veces esto conlleva y comparte la vida solo con personas tan especiales como tú… y verás que la vida así adquiere color y sabor propios… porque encontrarlas y compartirte con ellas traerá aún más amor y felicidad a tu propia vida!