Revista Gente

Soy solidario y molo un montón

Por Kotinussa

SOY SOLIDARIO Y MOLO UN MONTÓN

El nuevo santoral está formado por esos especímenes del artisteo que han sido tan listos como para agenciarse gran cantidad de publicidad gratuita con la excusa de la solidaridad. Son esos que ganan dinero a espuertas, pero que cuando se les cae algo de calderilla al suelo les da tanta pereza recogerla que con ella montan “proyectos solidarios”. Y encima se ahorran una pasta en asesores de imagen y agencias publicitarias. Hay sobre todo dos personajes que destacan en esta comedia: Angelina Jolie y el cantante Bono. Pero las mentiras tienen las patas muy cortas y al final todo se sabe.

Sir Bono (no olvidemos que fue condecorado por la reina de Inglaterra), candidato al Nobel de la Paz y cuya principal afición conocida es asistir a las cumbres de la élite política mundial para representar su papel de mesías, está viendo como sus trapos más sucios quedan al descubierto. Director del fondo de inversiones especulativo Elevation Partners, ha participado en los polémicos proyectos inmobiliarios de la gran burbuja de Dublín. Contrató al arquitecto Norman Foster para reformar el hotel Clarence, un proyecto que supone la demolición de parte del histórico edificio. También se metió de lleno en el polémico proyecto de modernización del puerto como promotor de la llamada Torre U2, que habría sido el rascacielos más alto de Irlanda.

En 2005 pone en marcha Edun, una compañía creada para “crear comercio sostenible y promover oportunidades económicas en África”. Se trata de una marca de ropa ecológica cuyo objetivo es “hacer prendas bonitas de un modo que sea justo para todos y beneficie a África”, explica el propio Bono. Y es que, en su opinión, “más allá de la tragedia, no podemos olvidar lo majestuoso y mágico que es este continente, y queríamos hacer algo positivo para recordárselo a la gente”. Luego la utiliza con total cinismo en una campaña publicitaria para Vuitton, protagonizada por él y su mujer. En preciosas fotos realizadas nada menos que por Annie Leibowitz, ambos se lucen con idílicos paisajes africanos de fondo y vistiendo ropas de su marca “solidaria con África”. El dinero recaudado con la exposición de fotos de Lwibowitz irá, (¡qué bonito!) a Edun. Y ahora se sabe que la marca de ropa “made in África” fabrica el el 85% de su producción en China, y que la diseñadora de la última colección no es africana, sino Sharon Wauchob, afincada en París y formada dentro del grupo de lujo Louis Vuitton.

Si a esto unimos que se ha descubierto que hace tres años Bono trasladó su sede fiscal de Irlanda a Holanda, en plena crisis, para pagar menos impuestos (este sí, y no Nadal, como comentaron algunos al post anterior)… Los irlandeses lo insultan en pintadas callejeras, y es que la situación de Irlanda no está como para tirar cohetes, y encima estos santitos huyen del barco como las ratas.

A un nivel mucho más cutre y casero tenemos a nuestra Patricia Conde, que como toda guapa que se precie tiene que diseñar ropa, aunque no sepa coger un dobladillo. Y si es por una “causa solidaria”, mucho mejor, que queda super divino en el curriculum. Así, Patri, que cumple a rajatabla el tópico de rubia descerebrada, o por lo menos lo finje (“Leo la revista ‘Vogue’ todos los meses, es como mi Biblia”), creó una línea de ropa para “colaborar con los Objetivos del Milenio” nada menos. Añadamos la modestia a las virtudes de Patri. Para eso se marchó a India, y se dedicó a buscar telas en Chandni Chowk (el barrio más popular de la Vieja Delhi). Acudió a estudiantes de moda de Nueva Delhi para diseñar los vestidos, aunque luego ella transformó los diseños según su particular estilo. Finalmente puso en marcha “una fábrica” para aportar su granito de arena a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres (“porque en el mundo hay mucho machismo”) y ofrecer a las mujeres una independencia económica que permita mejorar la calidad de vida de sus hijos. ¡Ahí va eso! Lástma que finalmente todo sea una pantomima. El taller de Patri da trabajo a seis personas, ¡casi nada!, y sólo el 5% de los beneficios va a parar a la asociación que se anunció a bombo y platillo. Suponemos (es que somos muy bordes) que el 95% restante no se pierde en el éter, sino que va destinado al armario de Patri, llenito de modelos de alta costura.

En resumen, no me creo ná.


Volver a la Portada de Logo Paperblog