Revista Informática

¿Soy un emprendedor?: claves para saberlo

Publicado el 22 julio 2014 por Lauratuero @incubaweb

Con la enorme cantidad de españoles y personas de todo el mundo que ahora mismo intentan vivir de sus ideas y el desarrollo de los servicios y productos con los que creen que solucionarán la vida a los demás y ganarán dinero, el emprendedor tiene varias definiciones en sí. Sin embargo, algunas características se repiten en todos ellos, y por eso queremos enseñarte qué cosas definen a un emprendedor, a ver si te sientes identificado con ellas.

Adivinar el éxito

Una de las claves en la vida de cualquier emprendedor tiene que ver directamente con poder saber por dónde va a venir el éxito de sus ideas. Más allá de que muchos tengamos ocurrencias que puedan ser interesantes, la diferencia entre un emprendedor y una persona son soluciones está en la aplicación de estos productos y servicios.

Emprendedor caracteristicas

No tener miedo de la competencia

Aunque no hay que ser estúpido e intentar competir de lleno contra Facebook o Coca-Cola con nuestra pequeña empresa, el caso es que los grandes emprendedores siempre se reflejan e intentar codearse con los mejores en su rubro. La clave es buscar primero a los mejores en nuestra zona, luego en el país, y luego en el mundo, y no marearnos antes de tiempo.

Dispuestos a aprender

Además de decir siempre que un verdadero emprendedor nunca está dispuesto a rendirse, tenemos que destacar que el valor fundamental de estas personas, es su interés por ir un paso más allá y querer aprender incluso cuando parece que lo saben todo. Si vemos que nuestro competidor nos ha superado por una vez, nada de celos o envidia, sino que agachamos la cabeza, la levantamos, aprendemos la lección.

Siempre listo para trabajar

Y finalmente, si consideras que eres de esas personas que llegan las siete de la tarde del viernes y no quiere saber nada con su trabajo hasta el lunes, pues de seguro tendrás inconvenientes como emprendedor. Y es que una persona que apuesta por sus ideas no puede pedirle a su razón, y menos a su corazón, que espere 48 horas para ponerse a trabajar en ello.

Fuente: Webonomía


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