Texto original escrito por Ana. Sígueme en Instagram
¡La boloñesa me encanta! Es un clásico nutritivo y delicioso. Siempre preparo una buena cantidad de salsa boloñesa y la uso en diferentes platillos a lo largo de la semana. Por ejemplo, utilizo un aparte para hacer este spaghetti y luego para preparar un Ratotouille a la boloñesa o una lasaña. También se puede usar para rellenar calabacitas y meterlas al horno con un poco de queso, para rellenar chiles poblanos, sobre unas tapas de hongo portobello o como topping de una pizzeta 🙂
Para esta receta utilicé spaghetti de calabacita pero se podría usar con cualquier pasta.
Ingredientes
*Para cuatro personas
- Cinco calabacitas grandes (puede ser la mexicana o italiana, ambas funcionan bien)
- 350 g de carne molida de res. Yo uso Molida Premium de Res de la marca Green Farmers porque es orgánica, libre de hormonas, antibióticos, añadidos artificiales y proviene de animales alimentados 100% de pasturas naturales a cielo abierto. Si no comen carne, pueden remplazar con setas!
- ¼ de taza de cebolla picada finamente
- 5 clavos
- Salsa marinara
- 2 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
- Canela
- Sal marina o del Himalaya y pimienta
Preparación
- Lavar las calabacitas y cortar ambas puntas. Pueden pelar si desean, yo las uso con todo y cáscara.
- Colocar en el spiralizer y girar la manija para obtener la pasta.
- Extender las calabacitas en una charola y esparcir sal de grano. Dejar reposar por alrededor de 30 minutos. La sal de grano ayudará a remover el exceso de agua.
- Exprimir el agua de las calabacitas, enjuagar y secar.
- En una olla caliente agregar aceite de oliva y sofreír la cebolla hasta que se ponga transparente.
- Agregar la carne molida.
- Añadir sal, pimenta, canela y los 5 clavos.
- Bajar la flama, tapa y dejar cocinar por cinco minutos aproximadamente. Verificar la sazón.
- Añadir la salsa marinara, volver a tapar y dejar cocinar por 10 minutos aproximadamente. ¡Ya tienes tu salsa boloñesa!
- Agregar el spaghetti y mezclar permitiendo que se caliente pero que no se cueza demasiado. Debe quedar al dente es decir, ligeramente crujiente. De esta forma se conservan más micronutrientes y el sabor es delicioso.
- Opcional: al servir añadir parmesano rallado y hojas frescas de albahaca.
¡Presto!
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