“Alguns van afirmar que mai no és bo de fer l’amor. Els que parlen així diuen una gran mentida. Només cal veure el que opinaven d’això els gran savis Hipòcrates i Gal·liè. Aquest últim escriu (…) que els homes joves que tenen molta esperma i tarden massa a fer l’amor tenen el cap feixuc, s’escalfen, perden la gana i, per consegüent, moren”(1).
(Speculum al foder, Anónimo, s.XIV-XV)
Soy consciente de que la discreción natural de mi legión de lectores les impide inundar los medios con cartas al director reclamando mi tradicional entrada sobre la Semana Santa. No será necesario, helo aquí. Hace poco descubrí el tratado Speculum al foder, una obra única en la literatura medieval, considerado el primer Kamasutra occidental. Es una especie de manual sobre sexo datado sobre finales del siglo XIV o principios del XV. Es de autor anónimo y está escrito en catalán, lengua que se habla por las tierras donde vivo con el propósito oculto de fastidiar al resto.
Su título traducido al castellano vendría a ser algo como Tratado sobre el follar y se conservan dos ejemplares: uno completo –manuscrito 3356– y otro parcial –el 10162, perteneciente en su momento al Marqués de Santillana, el puñetero– ambos hoy día propiedad de la Biblioteca Nacional de Madrid. No me consta que hayan sido reclamados por la Generalitat, siempre preocupada en la accesorio y despistada en lo fundamental.
Bibliothèque de l’Arsenal del Decameron (Giovanni Boccacio), ParísSegún los expertos (medievalistas, no pornógrafos) el Speculum bebe, sobre todo en su primera parte, de otra obra clásica anterior, el Liber minor de coitu, escrito por Constantino el Africano a principios del sigo IX, que a su vez se presume que recoge fuentes árabes anteriores. Y si seguimos para atrás nos vamos al Kamasutra original.
Pero volvamos a lo nuestro. El Speculum al foder replica en su primera parte a la obra latina de Constantino, que contempla el sexo desde una perspectiva médica, lo que hoy llamaríamos higiene sexual. Lo revolucionario del asunto es que separa el acto sexual de cualquier consideración moral o religiosa, considerándolo algo natural y beneficioso si se siguen ciertas prácticas saludables. Ni siquiera trata el sexo a la contra como algo divertido y subversivo, sino desde una perspectiva científica, lo que lo hace aún más peligroso.
A fi de conservar la salut, fer l’amor quan hom en sent un gran desig o quan hom pateix d’una feixugor en el cos i en els testicles. En aquest cas, hom en traurà sabor i salut. I el que vulgui fer-lo pel plaer, podrà, sempre que sigui en un moment que no senti després flaquesa ni tristor. És a dir, quan l’esperma es presenti en quantitat, la natura volent-lo disseminar com per superfluïtat. Sortint en abundància, alleuja el cos, procura un gran plaer i no aflaqueix. Per contra, quan és difícil que surti, per força i a poc a poc, fatiga molt el cos, que no pot suportar l’acte”. (2)
Esto choca con el férreo control ideológico de la Iglesia en ese momento, y de ahí que sea una obra clandestina. Pero a la vez se explica por el momento histórico de mezcla cultural: un occidente en contacto continuo con el oriente árabe. No todo va a ser guerrear, algunos se sentaban a hablar de vez en cuando. Y por eso no sorprende tanto que el tratado esté escrito en catalán, una cultura que en aquellos tiempos vive en la frontera entre ambos mundos.
En esta primera parte se dan consejos a lo hombres sobre cómo mejorar su vida sexual. A base de hierbas y recetas caseras se enseñan remedios para aumentar la libido o espesar el esperma; extravagantes ungüentos (con gusanos y aceite, por ejemplo) que consiguen “arreçar e forcen lo membre” o medicinas “per créixer la verga”. Lo que nos llevan a una perla de sabiduría: los medios son cambiantes, los fines inmutables.
Altra recepta que afavoreix l’erecció: posar sangoneres en una olla sobre el foc, fins que s’assequin. Moldre i barrejar amb oli de ginjoler. Untar la la verga que creixerà molt. O llavors fregar la verga amb llet calenta i oli. (3)
Hasta aquí la orientación no difiere mucho de la de Constantino. Pero el autor, o autores, del Speculum se da cuenta de una verdad esencial: para practicar el coito heterosexual hace falta una mujer. Este sorprendente descubrimiento le obliga a un giro de la obra en la segunda parte, en la que habla sobre las mujeres. El planteamiento sigue otros tratados árabes y no deja de tener un enfoque masculino, pero da paso a un pequeño tratado sobre psicología y sexualidad femenina, así como su tipología, maneras y gustos.
L’home que desitja aconseguir l’amor de les dones, sense que li’n vingui danys, ha de conèixer llurs maneres. Ha de seguir-les i tractar-les per entrendre i conèixer el que pot vèncer llur voluntat. Saber que, així com els homes, qualsevol dona sent desig i plaer. (…) Aquell home que vol ser amat de la dona, convé que sigui ardit i fort, eloqüent i sincer, curós, ben educat, net, sobretot a taula, alegre, sense cap defecte físic, espiritual i agradable. Ha d’estimar la companyia i estar disposat a fer tot el que elles desitgen. (4)
Continúa explicando las cinco edades de la mujer, su predisposición al sexo según su ciclo mensual y los síntomas por los que se puede averiguar su enamoramiento. Luego pasa a las técnicas del ligue, incluyendo una alcahueta si es necesario, y acaba con una descripción –muy del gusto árabe– de los rasgos que denotan la belleza en un mujer que podríamos resumir con un “vivan las morenas”.
Antes de entrar en la tercera parte, la de las posturas sexuales, en ese afán científico de categorizar que tiene toda la obra, hace una curiosa distinción entre los distintos tipos de mujeres y su predisposición al placer, consolador incluido.
Sàpigues que la que és alta i minsa de seguit sent el desig i el plaer. la que és grossa i baixa tarda més. A la mitjana li ve de forma normal. Algunes dones senten tan fort el desig que no poden unir-se a l’home. Algunes fan servir un olisbe, de cuiro suau embotit de cotó, en forma de penis: se’l fiquen en el sexe fins que estiguin satisfetes. (5)
Esta tercera parte está muy influenciada por el Kamasutra, con una descripción de posturas y prácticas sexuales que ayudan al deseo y al placer de hombre y mujer. No quiero alargarme con más citas, solo decirles que las descripciones son muy gráficas y detalladas, sin ningún tipo de pudor. Es un tratado sobre el placer, un “Todo lo que quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar” medieval, sin consideración moral alguna.
Por una parte no sorprende su clandestinidad, por otra sí puede sorprender darse cuenta que incluso en aquellos tiempos gloriosos en los que la Iglesia regía la vida en todos los niveles, la misma vida se les escapaba entre los dedos a los guardianes de la moral. Como ahora.
Bonus Track
Colegiata de San Pedro de Cervatos
También hace poco una amiga me habló de la Colegiata de San Pedro de Cervatos (s. XII), templo románico ubicado en Cantabria. Lo más destacable de la construcción son sus canecillos (soporte de la cornisa exterior) con figuras que, más que eróticas, podrían considerarse obscenas. Estas figuras dan al templo su carácter único. Tal vez poco control de la Iglesia –que todavía no conseguía unificar su discurso– o consideraciones políticas –necesidad de animar a la parroquia a repoblar tierras cristianas en plena Reconquista– el caso es que la rareza coló. Aunque quizás lo más raro es que se haya mantenido hasta hoy.
He traducido rápidamente y a mi manera las citas anteriores en catalán. Perdón por los destrozos, pero creo que se entiende. Tengan compasión los filólogos/traductores. Como del resto del texto, por otra parte.