Quedan dos meses (como mucho) para que mi mellizos intenten invadir nuestro planeta. Desembarcaran por el útero de Ovugirl y a partir de ahí a saber qué aventuras nos esperan. Os las iremos contando en riguroso diferido.
Hace unos meses mi novia me preguntaba preocupada : “Cari, ¿podremos tener hijos?
Yo ahora le miró la barriga y le digo: “Cari, ¿podremos tener hijos? ¿De uno en uno, joder?
Que conste que lo entiendo, que cuando subes a comer a su casa hay comida para que un pueblo pequeño de Texas viva un mes sin pasar hambre, o sea…que todo lo hacen a lo grande. ¡Que no falte de nada! ¿Y los hijos? A granel. Como los garbanzos. En fin…
Estoy sumamente preocupado por su salud, ya sabéis: que todo venga bien, que no haya complicaciones y todo eso. Tanto pienso en ella y en los mellizos que me despisto de mis quehaceres diarios. Hoy me lleve los dos juegos de llaves y la deje encerrada por dentro en casa. Eso lo haces con un perro en un coche y vas al trullo. Imaginaos su sorpresa cuando acicalada y perfumada se disponía a hacer recados premamá y se encuentra encerrada a cal y canto. Es que uno no puede estar en todo.
—¿Y si me pongo de parto?
Pues no lo había pensado.
¿Cómo contrarrestas eso? Pues con madurez, seriedad y saberhacer.
—¿Y si me pongo yo? ¡Lista que eres una lista!
Menos mal que no se puso de parto encerrada en casa…si fuese así entre los tres me canean al llegar.
Así es mi vida. Preocupación extrema.
Pienso en que espero que mis hijos no tengas mis cosas malas que son muchas. Por ejemplo: Mi novia dice que soy hipocondríaco. Yo creo que exagera, pero es cierto que a los 16 años después de ver un documental del VIH pensé que lo tenía fijo.
Y eso que era virgen.
Otro ejemplo: Me dice que me rallo mucho y que estalló con facilidad.
¿Yo? ¿Qué me rallo mucho yo? ¿En serio? ¿Yo? ¿Por qué lo dices? A ver, di…¿Por qué? ¡No tenéis ni puta idea!
Ya hemos decidido los nombres por mutuo acuerdo. Ella dijo: Antón y Tomás; y yo dije:Vale, amor. Total solo son los nombres de mis hijos, no nos vamos a poner a discutir por nimiedades. Entiendo que no le podamos poner a uno La Antorcha Humana Cruces. En serio, lo entiendo. Es un lío para hacer diminutivos y además ya no se llevan los nombres compuestos, pero a ver…son dos niños. Uno sí se podía llamar Hulk Cruces y aquí no pasa nada. En Thailandia los hay a pares.
Jon y Richie también los descartamos y lo mismo ocurrió con David y Rafa.
En definitiva, poner los nombres no es lo más fácil del mundo, pero creo que ya me molan. El eterno debate (tetas o culos no, el otro) de si llamarle al hijo como al padre es un gran tema de conversación. Todo el mundo tiene su opinión y la expresa libremente. Yo las escucho con detenimiento y automáticamente pienso en un culo enorme que corona el cielo y al que se dirigen todas y cada una de ellas en fila india.
—¡Ay! ¡Es que mira que ponerle al hijo como al padre!
—¡Ay! ¡Es que eso es un rollo después para llamaros!
¿Nos vais a llamar a la vez o qué? ¿Sois como la filipina aquella que emitía dos notas simultáneas? Pues a callar.
Pero bueno, la gente, the people, lo hace con cariño. Y te compran cosas. Así que pensando en el futuro de mis hijos, en su bienestar y comodidad aquí va una lista de cosas (consensuadas con su madre) que, si os apetece, podéis comprar:
-El Blu Ray de Guardianes de la Galaxia (Director´s Cut)
-Playstation 4
-Un coche familiar
-Un piano (no de cola, que no cabe. Normal)
-Una pantalla de plasma de 50″
Y para el otro chaval…Tomás creo que era…los siguientes artículos:
-Un contrato fijo, pero fijo, fijo. De esos que no te mueve de ahí ni la Púnica
-Políticos honrados
-El sueldo de Nescafé.
-La saga de Rocky en DVD
-Y un buen método anticonceptivo para mí, como yo que sé: una bala de plata en el escroto o algo que funcione.
¡No me da pasado el tiempo para verle la cara a esos dos!
¡Salud hermanos!
P.d. Los nombres los elegí yo en realidad. Es que en mi casa mando yo y…¡Ay que me meo! ¿A quién quiero engañar? Los elegimos como los hicimos. A medias.
Un poco más yo.